David Gómez machacando el aro, precisamente, ante Jordi Rodríguez (alejado a la izquierda). | Katerina Pu

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El Hestia Menorca de Javi Zamora visita hoy la cancha del Tizona Burgos (20.30h.) para tratar de sacar un triunfo que se presume dificilísimo. Enfrente tiene al equipo más anotador de la liga, que cuenta en sus filas con uno de los prospectos más interesantes del baloncesto nacional: Jordi Rodríguez (Barcelona, 2004).

Habiendo sido citado ya por Sergio Scariolo tanto la temporada pasada como esta para completar los entrenamientos de la selección absoluta, el escolta/alero catalán está viviendo su primera experiencia fuera de casa y del amparo del Joventut, club que ha confiado en Tizona para que este gran talento continúe evolucionando, siguiendo así los pasos de la exitosa cesión de Mario Saint-Supéry desde Unicaja el curso anterior. «Ahora no vivo solo, porque me han metido en el piso a Arnau Parrado, pero hasta ahora ha sido un verdadero golpe de realidad para saber cómo funciona la vida», explica a la vez que bromea.

La primera vuelta, en la que Jordi ha sido uno de los nombres más destacados de la liga, le ha servido para adaptarse. «La gente corre muchísimo, va a todas. Se juega el sueldo y no está para tonterías. Esta experiencia me está ayudando mucho a crecer tanto como jugador como persona», afirma el barcelonés.

Focalizado en la defensa

El crecimiento vital, por tanto, se traslada de igual forma a la pista, donde está progresando a pasos agigantados. Sobre todo, a nivel defensivo, un apartado en el que Salva Camps está haciéndole mucho énfasis y para el que el propio jugador se presta a la hora de medirse a sus compañeros Lance Jones y Jaume Lobo en los entrenamientos.

«Ellos juegan de ‘2’ y yo voy más al ‘3’. Sí que es verdad que en los entrenamientos yo les digo de cambiar posiciones, sobre todo en defensa, para poder adaptarme a lo que va a ser la realidad», señala uno de los Golden Boys 2.0. «Casi toda mi vida he jugado de escolta, aunque ahora estoy haciendo un híbrido con el puesto de alero, tirando más hacia este último», indica.

De esta manera, se enfrenta en más ocasiones a Rodrigo Seoane, quien va «muy fuerte al rebote». En definitiva, «algo totalmente diferente» a verse las caras con Lance Jones o Jaume Lobo, quienes son «más rápidos». «Lance es muy explosivo y Jaume es más técnico, se sabe todas las triquiñuelas para metértela. Voy a aprender cosas de cualquiera al que defienda. Después en ataque, ya voy más en mi línea... imagino que también aprenderán un poco de mí, o eso espero», asegura entre risas.

Lazos de amistad

Jordi vivirá un duelo muy especial a nivel particular con David Gómez, quien vuelve a la que fue su casa en la 2022/23 con 21 años recién cumplidos. Ambos se conocen desde los once y han ganado juntos el Eurobasket sub-18 en 2022 y el Mundial sub-19 en 2023, además de vivir muchísimas anécdotas que «no se pueden contar».

El crecimiento de ambos va de la mano. «No me cabe duda de que Jordi es un muy buen anotador», sostiene David. Por su parte, Jordi admite que el sevillano «ha dado un paso adelante y está jugando muy bien». El de Menorca piensa que él mismo aún tiene «margen de mejora en el tiro», por lo que está seguro de que el de Tizona, un experto desde el 6,75, le ganaría en un duelo de triples, aunque «no se lo pondría fácil». «Yo tengo claro que mi rol no es meter puntos», añade.

Y obviamente, Jordi también tiene claras sus virtudes. «Imposible que me gane. Imposible. En rebotes, puede, porque es más largo que un día sin pan, pero en el triple es imposible. No hay chance», remarca bromeando.