Álex Suárez (derecha), con la elástica del Obradoiro; a la izquierda, Agustí Sans en acción con la camiseta del Cantabria. Su futuro inmediato apunta a que no volverán a vestir esos colores. | ACBPHOTO / KATERINA PU

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Álex Suárez Castro (Maó, 1993) y Agustí Sans Valls (Maó, 1995) son dos claras opciones de mercado para el Hestia Menorca, enfrascado a conciencia en la confección de la plantilla para afrontar la que será su segunda temporada consecutiva en LEB Oro (a partir de ahora, Primera FEB).

Un escenario, el de remodelar y en la medida de lo posible tratar de potenciar la plantilla (que de momento, y según avanzó este diario, ya ha perdido al base estadounidense con pasaporte senegalés, Clevin Hannah, quien tiene un acuerdo con el Halcones de Xalapa mexicano que dirige Paco Olmos), que a diferencia del verano anterior, actualmente ofrece la posibilidad de poder menorquinizar, y con dos incorporaciones de primer orden, un proyecto que desde la marcha del base alaiorense Raül Timoner, en la primavera de 2022, no ha contado con exponente local alguno en su plantilla.

No en vano, ni Suárez ni Sans tienen contrato para la próxima campaña con los que han sido sus equipos en la ya terminada temporada 2024, Obradoiro y Cantabria, respectivamente.

Álex Suárez es una posibilidad real para el Hestia Menorca en la presente ventana estival. El ala-pívot menorquín, que durante las últimas cuatro temporadas ha pertenecido a la disciplina del Obradoiro CAB, termina contrato este verano con el club gallego, que además ha descendido a Primera FEB.

Sin que pueda descartarse de lleno la posibilidad de que Obradoiro presente una oferta de renovación al ‘3-4’ surgido de la cantera de La Salle Maó, en tanto que su intención es confeccionar un conjunto con el que poder recuperar de inmediato su estatus de equipo ACB (se habla de que alcanzará un presupuesto de dos millones de euros para la próxima temporada, lo que delata cuales serán sus objetivos en su regreso a la segunda división española), además de que Suárez sería un perfil que encajaría para colmar esas pretensiones (y así lo avala su trayecto y conocimiento del club), la realidad es que fuentes cercanas a la entidad compostelana han reconocido a este diario que jugar en la Isla sería una opción para Suárez.

Con 267 partidos ACB a sus espaldas, un pasado que incluye minutaje en el Joventut de Badalona (con el que debutó en la primera liga, en enero de 2011, precisamente en el Pavelló Menorca, como rival del antiguo Menorca Bàsquet), Real Madrid, Zaragoza 2002, Bilbao Basket y Lenovo Tenerife, al margen del propio Obradoiro y en la liga de Portugal, y una hoja de ruta que acredita diversas medallas con las selecciones de formación (llegó, en alguna ‘ventana FIBA’, a ser reclutado por la ‘absoluta’, pero con la que nunca ha disputado una gran competición), Álex Suárez supondría, en lo deportivo (también por su experiencia), un refuerzo sustancial para un proyecto, el menorquín, que también sumaría en lo sentimental dada su condición de jugador autóctono, lo que a su vez supondría incorporar un elemento con el que de inmediato la grada, la masa social del club, se sentiría identificada.

Por tanto, no se presumen inconvenientes, en ese orden, que puedan abortar una posible venida de Suárez, quien, próximo a cumplir los 31 años, no ha jugado para ningún equipo de la Isla desde que, con apenas 15 años, se incorporase a la disciplina del CTEIB, radicado en Mallorca, en lo que fue el preámbulo de su incursión en la cantera de la Penya.

Sin embargo, el aspecto económico también tendrá su peso, lógicamente, en una negociación, como también hasta qué punto el Menorca está dispuesto a condicionar a su fichaje la confección de su plantilla.

A lo mencionado sobre Suárez, relativo al aspecto emotivo y a su condición de ser un rostro de la Isla, con todo lo que ello implica, como por supuesto también en cuanto a lo deportivo, Agustí Sans es un caso que responde en idéntica proporción.

El base, formado en el CD Alcázar, internacional y medallista con España en torneos de formación y que también emigró, de adolescente, a la factoría del Joventut y debutó con los verdinegros en ACB (en su caso, en octubre de 2013, en partido contra el Barça en Badalona), se ha despedido hace una semana del Grupo Alega Cantabria, para el que ha jugado en los últimos tres años, y con el que obtuvo el ascenso a LEB Oro en 2022, jugando estas dos últimas temporadas con el conjunto montañés en la segunda liga del país. Y a un nivel ciertamente interesante. Lo suficiente como para poder ser una pieza importante, desde la versatilidad que le concede su calidad y capacidad para desenvolverse tanto de ‘1’ como de ‘2’, en un proyecto de nivel en Primera FEB, además de que la baja de Hannah sugiere que el Menorca tendrá trabajo y necesidades para recomponer su ‘backcourt’.

Conversaciones

La coyuntura contractual de ambos jugadores, tanto de Suárez como de Sans, ha quedado clara. A partir de aquí, el Hestia Menorca, hablará y tanteará a los dos (que insistimos, al margen de su condición de menorquines, en lo estrictamente deportivo, de cuajar, serían un par ‘fichajazos’), y así lo incluye la hoja de ruta que ha trazado para la presente ventana estival, igualmente en base a la filosofía de club que siempre se ha predicado desde Bintalfa, fundamentalmente por medio de su presidente, Oriol Segura, y que de hecho fue una de las máximas que el club se grabó a fuego una vez impulsó el proyecto, en verano de 2016, en el sentido de que en el equipo jugarían el mayor número posible de menorquines. Y ahora hay dos, y de gran nivel, que se han puesto a tiro.