Otegi. El pívot del Menorca Bàsquet impuso su casta en la pintura y capturó doce rebotes - ricardo g. ochoa

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No parecía el escenario más propicio para conseguirlo, pero Menorca fue capaz de desafiar a las estadísticas y se anotó el primer triunfo de la temporada ante un enrachado Autocid Ford Burgos (64-65). Tuvo que esperar hasta el último segundo en un final agónico, pero finalmente consiguió el premio que se le venía resistiendo desde el arranque de la competición.

Los de Andreu Casadevall pusieron sus mejores argumentos defensivos sobre la pista desde la primera acción, lo que dificultó en exceso el juego estático del Menorca. En el otro campo los burgaleses no tuvieron demasiados problemas para atacar la zona planteada por Josep Maria Berrocal de salida. Los locales entraron en el partido con un 5-0 que dejaba patente la superioridad castellana en la pintura.

Los menorquines se mantenían vivos gracias a Arteaga, que anotó los primeros cuatro puntos de los visitantes (7-4). Los azulones apretaron encomendándose a la buena mano de Phillip y Tillman para abrir brecha (11-4 a 4:45), lo que espoleó a Otegi, Navarro y compañía. Dos canastas visitantes recortaron (11-8) sin que el marcador apenas se moviera en los dos últimos minutos (13-9).

El Menorca Bàsquet defendía mejor las líneas de pase, pero no andaba demasiado acertado bajo el tablero, lo que permitía al Burgos seguir mandando en el electrónico (15-13). Las imprecisiones se convirtieron en la seña de identidad del segundo cuarto, con el Autocid perdiendo balones y precipitándose en los lanzamientos y los de Berrocal, muy fallones en el tiro. Sin embargo, buscando siempre acciones rápidas Menorca, logró un 2+1 de Dani Pérez que recortaba la renta (23-22), para irse al descanso con 29-27.

En la misma dinámica de espesura mental de las dos escuadras se reanudó el duelo (no se anotó en los dos primeros minutos). Del intercambio de faltas salió perjudicado Menorca, pues el base 'Pitu' Jiménez se tuvo que ir muy pronto al banquillo al cometer su cuarta infracción. Sin embargo la igualdad se mantuvo (35-32). El Burgos y el Menorca competían en irregularidad y falta de constancia.

Con Pérez en la dirección los menorquines fueron mejorando sus prestaciones ofensivas y pudieron abrir hueco si Arteaga hubiera atinado en los tiros libres (1/4 en un abrir y cerrar de ojos con 37-37). Pero reaccionó el Autocid, que endosó a su rival un 8-0 culminado con dos triples consecutivos de Dani López que dio alas a los locales (45-37).
Desde la defensa se había escapado el cuadro de Casadevall ante un Menorca cargado de faltas y con muchos problemas para superar la ahora agresiva muralla castellana. Sus exteriores no veían el aro y eso lastraba sus opciones de remontada.

Morentín cortó la mala dinámica y dio vida a los suyos desde 6,75 (45-42) aprovechando un desajuste de la zaga local. Y 11 segundos del final empató Romá Bas a 45.

Último cuarto muy intenso

Diez minutos por delante y todo por decidir. Phillip tomó el mando de las operaciones de salida (49-45), aunque Bas respondió con un 2+1 de inmediato. Los burgaleses se resistían a perder la iniciativa, aunque Arteaga respondía una y otra vez a las buenas penetraciones de Schraeder (55-52) y el gran trabajo de Huertas en la sombra.

La tensión hacía cometer demasiados errores a los dos equipos, lo que impedía que ninguno se marchara en el marcador. Al menos hasta que los colegiados señalaran una antideportiva a Bravo sobre Tillman que no supo aprovechar en toda su magnitud el cuadro local (57-52). Un triple a tabla de Dani Pérez con la posesión ya agotada y luego una canasta de Arteaga empataron de nuevo la contienda merced a los errores en los tiros libres de los burgaleses (57-57).

Y de nuevo Arteaga sacó tajada de las imprecisiones azulonas para poner a los suyos en ventaja (57-59) a 2:10.

Phillip equilibró el duelo y Dani Pérez, en una contra tras robo, puso el 59-61 con menos de un minuto. Y ahí apareció al rescate Tillman para inventarse un triple (62-61). Arteaga, cómo no, acertó de nuevo bajo tablero (62-63) con 31 segundos en el luminoso, en un hermoso intercambio de golpes. El Burgos tenía el partido en sus manos y Phillip puso el 64-63. Menorca tenía seis segundos por delante para lograrla victoria.

El balón se lo jugaron con un Navarro que hasta el momento no había tenido su tarde. Forzó y forzó por el lateral para lanzar una bomba sobre la bocina que enseñó al Menorca a ganar a domicilio.