Hileras de coches de alquiler esperando ser embarcados rumbo a la península tras cumplir su función durante la temporada de verano en la Isla en la Estación Marítima del Puerto de Maó. | JAVIER

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Las navieras rechazan el nuevo impuesto a los vehículos vacacionales integrado en el paquete de medidas de contención turística anunciado por el Govern el pasado viernes, y ya han solicitado una reunión con representantes del Ejecutivo para tratar la cuestión.

El nuevo impuesto pretende compensar el impacto de las emisiones y paliar la congestión en las carreteras, según explica el Govern. Se prevé para vehículos particulares que circulen de manera temporal durante un período inferior a seis meses y que no estén inscritos en el registro de vehículos no turísticos y también para vehículos de alquiler sin conductor que consten como tales en dicho registro. El nuevo impuesto afectaría también a los vehículos privados que no estén domiciliados en Balears y que circulan por las Islas durante más de seis meses.

En caso de aprobarse, las compañías navieras serán las encargadas de recaudar el impuesto a los vehículos de uso turístico que se desplacen al archipiélago procedentes del continente.
El nuevo impuesto «afecta directamente a la facturación» de las navieras, tal y como señaló el presidente de Baleària, Adolfo Utor, durante la presentación de los resultados de la compañía, ya que son las que transportan dichos vehículos desde el continente.

Desde la Asociación Patronal de Empresarios de Actividades Marítimas (APEAM), de la que forman parte Baleària y Trasmed, su presidente, Santiago Mayol, habla de «rechazo» a la creación del impuesto y también de «incomodidad», ya que, además de afectar a los ingresos de las compañías navieras, «nos convierte en los encargados de cobrarlo y de gestionarlo, con todo lo que supone de papeleo y burocracia añadida».

Mayol prefiere apostar por el consenso para reconducir la situación: «no vamos a buscar la confrontación con el Govern. Hemos pedido una reunión para tener un diálogo constructivo y productivo».

Con el mismo espíritu constructivo afrontan desde el Grupo Grimaldi las medidas contra la saturación turística propuestas por el Govern. No solo les afectaría el nuevo impuesto a los vehiculos vacacionales, sino tamién la subida de la ecotasa para los cruceristas que hagan escala en el archipiélago, que entre junio y agosto pagarían seis euros por noche en vez de los dos euros actuales.

La tarifa del nuevo impuesto establece una parte fija y una variable en función de las emisiones y el tiempo de estancia, con tarifas que van de los 30 a los 80 euros. Las empresas de alquiler que tengan matriculados sus vehículos en Balears podrán deducirse íntegro el impuesto de circulación, lo que compensaría el nuevo gravamen. La recaudación de este impuesto iría a un fondo finalista destinado a la mejora de la movilidad sostenible y del transporte público.

Durante la presentación de las medidas de contención turística, el vicepresidente del Govern, Antoni Costa, señaló que el nuevo impuesto a los vehículos vacacionales sólo se tramitará si existe un amplio acuerdo entre las distintas fuerzas políticas con representación parlamentaria y la sociedad civil: «Si no hay consenso, no se tramitará. La finalidad de este impuesto es disuasoria, no recaudatoria», declaró, Costa. De momento, todos los grupos parlamentarios, salvo el PP, han mostrado su rechazo a las medidas.