Los veterinarios de toda España están convocados a una concentración el próximo 5 de marzo ante el Ministerio de Agricultura en Madrid contra la normativa estatal que no solo limita la administración de antibióticos a los animales de compañía, sino que prohíbe también la venta de fármacos en las clínicas bajo amenaza de multa. Los profesionales se enfrentan a sanciones de entre 60.000 y un millón de euros.
Desde principios de año todos los veterinarios del país están obligados a comunicar al Ministerio de Agricultura (a través del sistema PRESVET) la prescripción de antibióticos a sus pacientes. Eso ha disparado el malestar en el sector que teme que como consecuencia de estas comunicaciones se dispare el número de sanciones.
La Dirección General de Farmacia del Govern es la responsable de velar por el cumplimiento de la normativa en Baleares. El expediente sancionador, del que ahora ha informado la patronal de clínicas veterinarias, se habría abierto hace al menos medio año, antes de la entrada en funcionamiento de PRESVET. Los clínicos no han querido dar detalles del caso «porque está judicializado» y se han limitado decir que es por una cuestión «farmacológica» derivada de la nueva regulación.
La patronal de clínicas veterinarias y el Colegio de Veterinarios de Baleares mantienen posturas contrapuestas en el conflicto. El colegio profesional ha pedido al Ministerio que apruebe una moratoria y se ha reunido con la Dirección General de Farmacia a la que pide una aplicación ‘laxa’ de la normativa. En cambio los clínicos exigen la derogación y ya han empezado a movilizarse con el lema ‘Esta pastilla no nos la tragamos’. El martes 11 de octubre secundaron un ‘paro simbólico’ de una hora en las consultas de las Islas y planean ya asistir a la concentración nacional del 5 de marzo.
La muerte el pasado jueves de una perra en Galicia a consecuencia de una sepsis, ha caldeado aún más el ambiente . Está considerada como la «primera víctima documentada de la nueva normativa», explicó a este periódico Samuel Fernández, gerente del grupo veterinario Adrisa. El animal falleció tras ser atendido en una de sus clínicas con un antibiótico que «no habría sido la primera opción». Para cuando llegó el cultivo que habría justificado administrarle un antibiótico más fuerte sin riesgo a ser multados, la perra ya había fallecido. Tenía 9 años.
Lucha contra las superbacterias
El Gobierno central ha restringido la prescripción de antibióticos en animales de compañía anticipándose a una normativa europea que trata de luchar contra las superbacterias. Prohíbe además la venta de medicamentos en las consultas que solo podrán administrar y recetar fármacos pero no comercializarlos.
La venta de medicamentos de uso animal solo está permitida en farmacias. Eso ha provocado un problema de desabastecimiento. Históricamente el sector farmacéutico apenas oferta este tipo de preparados. El Colegio de Veterinarios de Baleares negocia con el Colegio de Farmacéuticos para conseguir que al menos las diez medicinas más usadas en veterinaria estén en stock.
La patronal de clínicas veterinarias opina que esta negociación demuestra que existe «connivencia» entre los dos órganos colegiados. A la espera de que se resuelva el problema, la recomendación de ambos colectivos es que los veterinarios de Baleares «presten» los medicamentos de su botiquín para garantizar la asistencia.
5 comentarios
Para comentar es necesario estar registrado en Menorca - Es diari
Maribel GonzalezSegid votando a jiliprogres, asi os vá.
Hace ya unos años fui a la cooperativa agraria de Alaior, trabajaba por la zona y me quede sin vacunas para perros. Me atiende un joven, le doy la receta elaborada por mi, receta oficial, me pregunta que es, le respondo que una prescripción veterinaria, lo consulta con el gerente y me vende las vacunas. Llega un ganadero, sin receta oficial, pide un antibiótico inyectable, le dice tener una vaca con mamitis. El mozo pulsa el ordenador, sale de la impresora la receta con la firma del veterinario contratado por la cooperativa, que además paga a un farmacéutico supervisor que no está nunca presente. El ganadero, diagnostico, el veterinario , no se enteró , el farmacéutico tampoco. El veterinario pasaba de vez en cuando y firmaba las copias de cientos de recetas generadas por el mozo de almacén- medicamentos administrados sin supervisión facultativa y cuyos restos podían contaminar la cadena alimentaria-, el colegio de farmacéuticos y el de veterinarios lo permitían y apoyan, yo falle al no interponer denuncia y queja- me arrepiento-. Hecha la ley hecha la trampa. Ya es hora de que pongan un poco de orden sin argucias.. Marti Escudero, veterinario jubilado.
Recolzar aquesta Llei surrealista no té perdó de Déu. El COVIB ha de menester un relleu generacional urgentment, ja és ben hora que certs carcamals es jubilin.
I com salvarem a ses nostres mascotes??? Això ja fa rialles, aquest mon es imposible,tot al revés de com s'hauria de Fer... No s'enten res....
el teu ca s'està morint si vols que li doni la medicina que el pot salvar has de pagar entre 60000€ o un milió. Tampoc es pot sacrificar. Hem de deixar que pateixi l'agonia fins que es mori.