En el año 2020 la Federación de Entidades, Municipios y Provincias (FEMP) impulsó un proyecto pionero en España para acompañar a las mujeres que se enfrentan a este tipo de situaciones. Sus animales de compañía son acogidos temporalmente en centros colaboradores del programa VIOPET que garantiza que las víctimas y sus mascotas puedan mantener encuentros seguros hasta que consiguen una alternativa habitacional.
Por desgracia a día de hoy en Baleares este programa no tiene ningún centro colaborador y los recursos habitacionales públicos para mujeres maltratadas no aceptan animales en las Islas. Esta circunstancia, unida a un mercado inmobiliario totalmente tensionado en el que cada vez hay menos alquileres que acepten a animales, aumenta de forma sustancial el riesgo al que se enfrentan las mujeres.
«Muchas retrasan la salida del domicilio familiar por miedo a que su perro o su gato sufra represalias. Viven coaccionadas. La violencia que usa el agresor contra el animal es similar a la que ejerce contra los niños en lo que conocemos como violencia vicaria. No solo amenazan con hacerles daño, les envían fotos o vídeos encerrándolos o maltratándolos, les drogan, les pegan palizas… Hablamos de un tipo de violencia física y psicológica que instrumentaliza al animal para controlar a la mujer y hacerle daño», explica Maria Antonia Perelló, psicóloga especializada en la intervención social, igualdad y violencia de género.
«Lo peor es que les funciona. He atendido a varias mujeres en esta situación, es bastante común. Cuando las víctimas consiguen dar el paso y se marchan de casa, tienen que dejar atrás a sus animales de compañía y rompen un vínculo emocional que es muy importante para su recuperación», relata la experta.
Perelló recuerda que «hay múltiples estudios sobre el apoyo emocional que brindan las mascotas, también en cuestión de seguridad y de protección. Cuidar es una responsabilidad y activa la recuperación de la víctima que se cuida a ella misma cuidando a otro. Además les ayuda a reducir el aislamiento social, la ansiedad y el estrés».
El papel clave del veterinario
Los médicos veterinarios llevan tiempo avisando de que el maltrato animal es un indicador de riesgo social y de que puede servir de centinela, no solo de la violencia machista, sino incluso de patologías como la psicopatía. El problema con el que se encuentran en España es que, a diferencia de lo que ocurre con los médicos, los especialistas en salud animal no tienen garantizado el anonimato si deciden alertar a la policía. La Administración no les otorga un papel que consideran «fundamental» para la detección y prevención precoz de las situaciones de violencia. Así lo explica Ana Sancha, vicesecretaria del Colegio de Veterinarios de Baleares, que demanda un mayor respaldo legal para los médicos veterinarios.
El mallorquín Marcos Macowski es uno de los especialistas que han investigado la relación entre el maltrato animal y la violencia de género. La llegada a su consulta, hace ahora unos quince años, de una mujer con un gato que presentaba una extraña fractura de tibia fue determinante. La propietaria acabó derrumbándose y explicando que su pareja pegaba al animal como castigo hacia ella.
No es ni de lejos el único caso del que se tiene constancia en Baleares. El pasado mes de noviembre un hombre de 27 años fue condenado a 40 días de trabajos comunitarios por secuestrar al gato de su expareja. El procesado se declaró culpable de un delito de coacciones y aceptó la pena impuesta. El fiscal solicitaba un año de prisión.
El varón tiene ahora una orden de alejamiento que le prohíbe cualquier comunicación con la mujer durante un periodo de cuatro años. La sentencia reconoce explícitamente que el condenado utilizó el gato como una forma de maltrato hacia su ex.
«Existen numerosos estudios sobre el maltrato animal como indicador del riesgo social. En 1961 se incluyó por primera vez en una triada de signos indicadores de violencia. Posteriores investigaciones observaron en grupos de presos y niños maltratados de forma retrospectiva la presencia de situaciones de maltrato o de crueldad hacia los animales», explica Marcos Macowski.
El veterinario advierte de que «no solo hay hombres que maltrataban a animales mucho antes de empezar a maltratar a sus parejas, sino que además existe la violencia de género en la que el maltratador utiliza la violencia contra los animales para hacer daño a la mujer». En su artículo Maltrato animal como indicador de riesgo social, publicado por primera vez en 2009, junto al veterinario Juan Maria Josa Mutuberría, Macokski avisa de que «el maltrato a los seres con los que la víctima está vinculada puede ser un indicador precoz de la violencia de género».
«Se convierte aún en una circunstancia más trágica cuando el maltratado no busca ayuda o no acude a casas de acogida pues teme por la integridad de esos seres, circunstancia que socialmente se prevé en el caso de los hijos, pero que no ocurre igualmente respecto a los animales de compañía», concluye.
9 comentarios
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Es una CAUSALIDAD, de conducta. Simplemente, el hombre o mujer capaz de maltratar a otra persona, por supuesto que posiblemente también maltratará a un animal (86% o lo que quieran inventarse). Esta relación no tiene nada que ver con machistas, feministas o violencia de género. Porque aunque la mascota sea sólo suya, también lo hará. Está lleno de hombres, mujeres y niños que maltratan, matan o abandonan a sus mascotas. Pero... claro, vamos seguir buscando motivos machistas, donde no los hay.
NievesNieves, créeme que siento mucho que hayas tenido que sufrir episodios semejantes, y no te digo lo que yo haría con el/la culpable porque no se publicaría; pero estoy convencido que se trata de una persona cobarde, que no te ataca por el hecho de ser mujer, sino por ser tu, por considerarte propiedad y paño de lágrimas/saco de boxeo para contrarrestar sus frustraciones. Confío que te hayas librado definitivamente.
Mariiii..., desde hoy castigas tú al perro !!!
El maltrato animal en edad temprana es signo inequívoco de que el sujeto es un psicópata, lo dicen los expertos en esa dolencia. Después algunos se desarrollan de forma violenta y otros lo reprimen y derivan en otros tipos de dolencias, algunas psicosomaticas.
El paso de maltratar a un animal a maltratar a un humano es fácil y rápido de dar. Se ha cruzado una línea. Y hay amplia evidencia de ello. Lamentablemente, nunca más se supo nada del gatito recientemente maltratado. Esos niños necesitan ayuda antes de crecer, casarse y tener hijos.
Como se nota que quienes escriben los comentarios no han tenido que sufrir la situación que se describe en el artículo. Yo sí.
Y no se dan cuenta las sectarias de la violencia de genero que esto demuestra que no existe la violencia contra la mujer por el hecho de ser mujer sino únicamente gente violenta?
¿Casas de acogida en las que permitan animales? ¿Desean algo más? Lo que haga falta...
ONG sembrando odio.