Torre de control de Son Sant Joan. | R.L.

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El sector aéreo incrementa las presiones para acelerar la liberalización de la torre de control del aeropuerto de Palma, incluida en el paquete dispuesto por el Ministerio de Transportes desde que se iniciara el proceso de privatización hace casi ya 15 años.

La transición ha cobrado un nuevo impulso desde el acuerdo del pasado octubre del Parlamento Europeo para impulsar un Cielo Único Europeo que maximice la eficiencia del tráfico aéreo y minimice las emisiones, objetivo que Bruselas liga indefectiblemente a la liberalización del sector.
Raquel Martínez es director general de Skyway (antigua FerroNATS), empresa que opta a hacerse con la gestión del control aéreo en Son Sant Joan y que ya gestiona la torre de control del aeropuerto de Ibiza desde 2013. «No es algo novedoso en nuestro país, ha demostrado tener garantías de seguridad y muchos beneficios para el sector aéreo y sus usuarios».

Entre esos beneficios destaca la eficiencia en la ordenación aérea, lo que se traduce en más puntualidad: los aeropuertos de Alicante (que también gestiona Skyway) e Ibiza son los más puntuales de España. El de la isla balear, concretamente, es el segundo más puntual de Europa.

A día de hoy el sector permanece solo parcialmente liberalizado, con la mayoría de torre en manos de Enaire. El paquete de privatización en el que el Ministerio había incluido al aeropuerto de Palma data de 2023, y se completa con los aeropuertos de Málaga, Tenerife Norte, Tenerife Sur, Gran Canaria, Málaga, Santiago de Compostela y Bilbao.

«No existen argumentos para oponerse a la liberalización», mantiene Martínez, quien defiende que la optimización de la eficiencia supone un ahorro del 50 % en los costes de AENA. Ese ahorro se repercute en las tasas aéreas y, por lo tanto, debería acabar viéndose reflejado también en los precios de los billetes de avión, sostiene.

No obstante, aunque las aerolíneas también apoyan el proceso de privatización del control aéreo, en el pasado se han mostrado reacias a asegurar que la medida supondría una bajada de los precios de sus billetes. Desde la Asociación de Líneas Aéreas (ALA), presidida por Javier Gándara, han señalado que es demasiado aventurado suponer que ese sería uno de los frutos de la materialización del Cielo Único, más ligado a la eficiencia y la sostenibilidad, ya que debería permitir vuelos más cortos y directos, reduciendo con ello las emisiones contaminantes.

Desde la Comisión Nacional de los Mercados y la Competencia (CNMC) también ha sido elocuente en cuanto a los beneficios de la liberalización, cifrando en unos 200 millones los ahorros que supondría para AENA en los próximos años.

Este proceso se enmarca además en un contexto de ostensible crecimiento de las llegadas turísticas. Los aeropuertos de Baleares están entre los que más han notado ese incremento de las operaciones aéreas y de la afluencia de pasajeros y el propio aeropuerto de Son Sant Joan está inmerso en un proyecto de reforma dirigido precisamente a facilitar el tránsito de aviones y usuarios dentro de sus instalaciones.

Desde el sector de los controladores, por otro lado, se ha estado reivindicando siempre la necesidad de ampliar las plantillas existentes en Baleares con refuerzos de personal. En ese sentido, Martínez defiende que los procesos de selección y habilitación de personal son «mucho más ágiles y más flexibles» en el sector privado que en el caso de Enaire.