Julio Rama es el jefe de servicio de Otorrinolaringología de Juaneda Hospitales. | RD

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Los otorrinos alertan de los riesgos que entraña para niños y ancianos la tradicional ingesta de las doce uvas de Nochevieja y hacen un llamamiento para que se tomen las precauciones oportunas en los hogares ya que cada año se repiten episodios de atragantamientos y asfixia que pueden llegar a ser letales.

«La uva es un tipo de fruta con un alto riesgo para las vías respiratorias, por su tamaño, su jugo y su adherencia puede provocar atragantamientos o asfixia sobre todo en niños pequeños», explica el doctor Julio Rama, jefe del servicio de Otorrinolaringología de Clínica Juaneda.

Los expertos explican que las uvas pueden ser tragadas sin masticar y provocar un taponamiento de las vías aéreas, impidiendo al niño respirar y por tanto se recomienda que no las ingieran menores de cinco años.

Para los niños de más edad, recomiendan también que las uvas se les ofrezcan sin piel, sin pepitas y partidas en trozos, evitando cortarlos en rodajas.

Frutos secos

El doctor Rama incide además en que esta fruta tampoco debe sustituirse por frutos secos, palomitas de maíz, caramelos, gominolas o grageas de chocolate para dar la bienvenida al año 2025, en sintonía con las advertencias que a este respecto emitía ayer la Sociedad Española de Otorrinolaringología y Cirugía de Cabeza y Cuello (SEORL-CCC). La rapidez con la que se ingieren y su pequeño tamaño también suponen un factor de riesgo de atragantamiento importante.

Respecto a los frutos secos, los especialistas explican que los fragmentos duros que se desprenden al morderlos pueden obstruir las vías respiratorias y recomiendan que se ofrezcan siempre molidos, en trocitos muy pequeños o triturados.

«Esta es una recomendación no sólo para Nochevieja, sino para todo el año», añade el jefe del servicio de Otorrinol aringología de Juaneda Hospitales.

La misma advertencia para los mayores de 65 años, «especialmente los que presentan una alteración en la movilidad y en la sincronización de movimientos deglutorios, porque tienen un riesgo mayor de aspiración, de introducción de un cuerpo extraño en las vías respiratorias que puede producir también riesgo asfixia», señala el facultativo.