Cuatro de cada diez adolescentes, de entre 13 y 18 años, manifiesta haber tenido un problema de salud mental en el último año. | L. Rico

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Cuatro de cada diez adolescentes, de entre 13 y 18 años, manifiesta haber tenido un problema de salud mental en el último año según el Barómetro de Opinión de la Infancia y la Adolescencia 2023-2024 de UNICEF. Un 48% de los jóvenes confiesa que se siente abrumado por la presión social y un 26% ha experimentado tristeza o desánimo en los últimos meses.

La OMS calcula que entre un 10 y un 20% de los adolescentes experimentan problemas de salud mental y confirma que la mitad de todas las enfermedades mentales comienzan antes de los 14 años.

Según otro informe reciente, del Observatorio Español de la Salud Mental Infanto-Juvenil (Observainfancia), en el que han participado 5.652 estudiantes de entre nueve y 16 años, casi dos de cada diez, (un 18%) dice haber realizado algún intento de suicidio y un 55% reconoce que ha pensado en alguna ocasión en quitarse la vida.

Estos datos, que se vienen repitiendo desde la pandemia entre los menores de 18 años, han hecho saltar las alarmas en todos los niveles asistenciales sanitarios, educativos y sociales.

En 2022 se superaron los 600 casos

A lo largo de 2023, las urgencias de psiquiatría de los hospitales de Balears atendieron a 567 adolescentes. En Mallorca, a lo largo de ese año, los servicios de emergencia de salud mental atendieron a más de 550 adolescentes y preadolescentes. (361 en Son Espases, 39 en Son Llàtzer, 72 en el Hospital de Inca y 86 en el Hospital de Manacor).

Hasta septiembre de 2024, último mes con cifras cerradas, ya se habían contabilizado 328 niños y jóvenes atendidos por los profesionales de urgencias psiquiátricas (190 en Son Espases; 34 en Son Llàtzer; 51 en el Hospital de Manacor y 35 en Inca).

Estas cifras, que reflejan la atención de los casos más graves, han ido disminuyendo respecto a las del año 2022, en plena post pandemia, cuando se superaron los 600 pacientes en urgencias psiquiátricas. Concretamente, entre aquel mes de septiembre, con 478 pacientes atendidos, y el de este año, se ha registrado una reducción de un 31%. Y de un 25% con respecto a septiembre de 2023, con 439 urgencias.

Depresión, ansiedad, ideación suicida, alteraciones de conducta, problemas de control y gestión de emociones, como la ira o la agresividad, baja autoestima y trastornos de la conducta alimentaria, suponen los principales problemas que afectan a la salud mental de los menores.

Carme Bosch
La psiquiatra Carme Bosch es directora general de Salut Mental.

y ¿Cuáles son los motivos? ¿Qué es lo que está haciendo tan infelices a nuestros niños y jóvenes?

Para Carme Bosch, médico psiquiatra y directora general de Salut Mental del Govern de les Illes Balears, los motivos son diversos y tienen que ver con los cambios sociales y el entorno sociocultural actual.
También con un acceso temprano a las redes sociales y ese mundo ‘ideal’ que no se corresponde con su realidad.

«Viven con más autoexigencia, tienen menor tolerancia a la frustración, hay más desinformación y una forma de vida mucho más rápida que no ayuda a la gestión de las emociones», expresa.

Bosch reconoce además, que seguimos padeciendo los coletazos de la pandemia, o más bien, de la post pandemia, que ha exacerbado los problemas de salud mental entre los jóvenes, aumentando los casos de ansiedad, depresión y las conductas autolesivas.

Más recursos

Esta realidad ha acelerado la implementación de nuevos recursos de salud mental en Balears, entre ellos, la reciente incorporación de psicólogos en los centros educativos.

También se ha mejorado la coordinación con los centros educativos. Y el equipo de Atención y Prevención del Suicidio, formado por psiquiatras, psicólogos, enfermeros, trabajadores sociales y profesionales del 061, trabaja también en coordinación con el programa Convivèxit.

Bosch, defiende que la detección temprana es clave. «Es importante trabajar en prevención de forma transversal, desde el entorno educativo, familiar, sanitario, de ocio… desde todas las esferas».

Destaca además que «la incorporación de psicólogos en los centros educativos también irá mejorando está realidad, ayudarán a disminuir estas derivaciones urgencias y podrá evitar que muchos de estos malestares evolucionen a trastornos».

La directora reconoce que también es necesario dar más formación a los profesionales de Atención Primaria para que puedan identificar situaciones de riesgo desde las consultas.