Cuando se suicidó su «rey» (así se refiere Raúl Vílchez a su hijo mayor) tenía 22 años. Era octubre de 2022 y nadie se lo esperaba. «Hay gente que lo ve venir pero para nosotros fue indetectable. Era trabajador, tenía pareja, nos tenía a nosotros y a sus hermanos... Y sucedió de repente, de la noche a la mañana», relata. «No lo pudimos detectar, sólo él sabrá lo que pudo pasarle».
En este caso, tras el impacto, lo primero que llega es la culpa y el dolor. «Te preguntas qué ha pasado y por qué yo no lo sabía». Tras casi un año y medio, este padre ha escrito un libro, Sobrevivir a la vida, una especie de terapia para afrontar el duelo que a su vez puede ayudar a alguien. Ahora se encuentra mejor pero «no hemos dejado de hacernos preguntas», reconoce. «Yo creo que siempre las voy a tener, siempre va a estar ahí el porqué se suicidó, supongo que con el tiempo no será tan constante».
Este libro lo empezó casi sin querer a mediados de 2023, tras una conversación con sus otros tres hijos pequeños que entonces tenían 13, 11 y 10 años y que consiguieron abrirle los ojos. «Había que seguir adelante», acordaron. Y «me puse a plasmar sentimientos hasta que me di cuenta de que tenía escrito medio libro». Llegados a ese punto, «me dije ¿por qué no sigo y dejo algo bonito para que la gente que pueda sentirse vulnerable vea que hay una salida?». Y puso en orden cada pensamiento.
El texto se publicó el pasado mes de diciembre, «después de echarme la culpa a diario, de buscar una explicación que no iba a encontrar», añade este vecino de Son Ferrer, de 45 años.
El libro empieza contando la historia de cómo su mujer y él fueron formando una familia y, poco a poco, fueron llegando sus cuatro hijos. Su vida era «aparentemente feliz» hasta que de repente «todo se esfuma de un plumazo».
Posteriormente, «cuento cómo me sentí yo durante todo el proceso y luego cómo intentas salir a flote a diario». Su problema, relata ahora, es que «me caí durante muchos meses y fue mi mujer quien tiró del carro porque teníamos tres hijos pequeños que también sufrían y no nos podían ver así».
Su mensaje es contundente: hay que seguir adelante. Sin embargo, «cuando yo intenté sacar la cabeza cayó ella. Esto va así. Y ahora estamos los dos remando y cogiendo al toro por los cuernos». La idea de Raúl es que si con este libro puede ayudar a una familia habrá valido la pena porque «se puede intentar salir y buscar otro estímulo en la vida», advierte. «Yo creo que con el tiempo lo podremos superar aunque a mis pequeños les dije que eso iba a ser para toda la vida. Él ha querido irse, yo no lo compartiré nunca, pero él lo decidió».
Por cada libro que se venda de Hilatura Editorial, una parte irá destinada a la Asociación de Familiares y Amigos de Supervivientes del Suicidio de Baleares (Afasib). El 024 es el teléfono de prevención del suicidio.
El apunte
Piden que los políticos hablen más de salud mental
024
Ayuda a la prevención del suicidio
33 comentarios
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SnakeatopeEn la web de Hilatura editorial...el libro se llama "sobrevivir a la vida"
MayNo te lo niego, pero insisto que actualmente la psicologia no tiene las herramientas ni el nivel de madurez para asegurar cual sera la evolución de un enfermo mental, o de alguien con problemas psicologicos. De hecho, creo que la psicologia es una de las ramas de la salud, donde hay un mayor espectro de calidad de profesionales, desde buenos profesionales (pocos) hasta autenticos inutiles que solo causan un daño mayor (más que pocos, bastantes de estos ultimos). Ahora mismo, tu coges a 100 enfermos mentales con la misma patologia, y perfectamente puede pasar que sus comportamientos sean todos diferentes. Esta situación no facilita la compresión social y la aceptación. Dicho siempre con el maximo respeto, que suficiente tienen las personas que sufren estas condiciones o enfermedades. @manu menorca, tio tienes una fijación con la iglesia, a ver si un dia explicas que te pasó con ellos, que eres capaz de meter el tema de la iglesia hasta en una noticia de la pesca de la merluza en el mar del norte...
Tomeu09... somos nuestra mente... no hay nada más, ni fantasmas ni fantasías de otros mundos ni dioses ni querubines... y los sacerdotes, monjes y santones de múltiples cultos, no son más que falsos sucedáneos que despistan sobre lo que hemos venido a hacer a ete mundo, que es vivir, pasando de todos ellos... si a alguien le gusta revolcarse en sucedáneos que actúen de placebo, vale, pero no recomienden eso a los demás...
Hará un par de veranos vino el escritor y sacerdote Pablo d'Ors a la catedral de Palma, nada más y nada menos que a la catedral, a enseñar meditar. A meditar con una base que puede ser tan transreligiosa, tanto budista como cristiana. Pero que se basa en una misma verdad. NO somos nuestra mente. Nuestra mente es una herramienta, y esta herramienta, por circunstancias a veces se gira contra nosotros mismos. Dado que según las enseñanzas tenemos una conciencia de base que es luminosa y curativa, aprender a residir en esa consciencia, ya sea durante la meditación o en el quehacer diario, nos permite observar todo lo que pasa por nuestra mente, lo bueno, lo malo, lo horrible.....y siempre pasa, como una nube en el cielo azul, siempre. Creo que aprender esta técnica ya en los colegios ayudaría a resolver muchos problemas; una técnica que puede desligarse totalmente de la religión, aunque su práctica pueda llevarte libremente a ella. Ánimo a la familia y gracias por el libro.
La salud mental sigue siendo tercer ministra,por muchas noticias que salgan en prensa,todavía no han incrementado los profesionales de la sanidad pública de salud mental,desmantelan unidades y montan el programa de prevención al suicidio que no da a basto y cuando la acaban en semanas remiten al paciente a la unidad de salud mental ,que es la que lleva más carga sin refuerzo de especialistas desde hace más de 15 años,eso es todo el programa de atención al suicidio.....y listas de espera de 3 meses,con media hora cada mes y medio,antes eran 45 minutos,es decir ,el tiempo que dedicar al paciente lo han ido bajando para atender a más pacientes diarios bajando la calidad y eso es mejorar la atención al paciente? Mucha fuerza familia de campeones!
Menork338Un buen especialista, si va tirando del ovillo, puede llegar a ver el disfraz del enfermo. Lo triste es qué la medicina ya no es vocacional. Te podría hablar de profesionales, con dedicación exclusiva a los pacientes, qué están haciendo una gran labor. Hablo de enfermedades mentales en diferentes estadios y diferentes diagnósticos. Alguno se deja la vida por sus pacientes. Cuándo alguno se va" lo sufren cómo algo personal!! Otro capítulo, sería hablar por la saturación de los derivados por tóxicos. La Psiquiatra, tiene muchas variantes y pocos profesionales. Se tendría qué separar por diagnóstico y sería más personal la atención al enfermo. Bona nit.
Siento deciros que si una persona se quiere ir, ya podéis hablar con él, psicólogos, y toda la ayuda que queráis. Y egoístamente, no es vuestra decisión, es suya, aunque os duela. A la persona que se va, le importa poco lo que van a pasar el resto que se quedan, porque si llega a esa decisión es porque ya no hay nada que lo haga aguantar más.
¿Hay algo más doloroso que la muerte de un hijo? Si, que la causa de la misma sea un suicidio. Pobre familia.
MayCreo que el motivo de ese tabú es la fiabilidad: uno puede tener cáncer o diabetes, pero mentalmente se le sigue considerando fiable a nivel psicológico y no genera desconfianza, pero en el momento que declaras un problema psicológico, tu valor como persona decrece para muchos, ya no se puede confiar en ti y tus valoraciones se ponen en tela de juicio, aunque no hayas mostrado motivos o esten bien fundamentadas. Se estigmatiza a la persona porque es difícil, incluso para los médicos, calibrar cual sera el comportamiento de la persona, eso hace que se tenga miedo de ellos o como mínimo, desconfianza. Y también está el que lo tacha como una debilidad y se atribuye la enfermedad como vagueria y flojera, y por lo tanto se mira mal a la persona
Sr Raúl Vílchez... le acompaño en su perdida y pesar... solo apuntar que como decía mi mamá "no hay peor ciego que el que no quiere ver"... y peor aun la filosofia que noy pretenden imponernos de "si yo estoy bien los demñas tambien estan bien" y con esas dos premisas dejamos de ver señales... si SEÑALES... son sutiles, imperceptibles escondidas como "problemas" "conflictos" incluso hasta rabietas... y por no querer ver, no estar atentos y quizas peor aun no desconfiar y preguntar mas allá de un simple como estas o como te sientes pues no nos enteramos de lo que pasa a nuestro alrededor... quiza sla TV nos inmuniza con tanta violencia, tantas muertes, tanto dolor que nos hace callo y nos enceguece... la previsión no solo debe venir de los demás... debe venir de casa, de la familia de los amigos... de los compañeros de trabajo... a veces nos piden ayuda y no lo vemos o peor aun no lo queremos ver... un suspiro... un pequeño mordizco de lengua o un silencio inexplicable cuando de habla con un alguien... detalles que nos deben alarmar o al menos ponernos alerta aunque sea una falsa alarma para solo llamar la atencion... pero recuerden que por algo se empieza