Imagen de archivo de un teléfono móvil. | Reuters

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La Sala de lo Social del TSJB ha avalado el despido disciplinario de una ingeniera de la Agencia Balear del Agua (Abacua) que gastó en dos días que estaba de baja 900 euros con el teléfono del trabajo.

Éste fue el último y el más grave de los incidentes que protagonizó la trabajadora en la agencia pública. Antes, sus superiores habían llegado a colocar un GPS en el coche que le proporcionaban para sus desplazamientos y constataron que lo utilizaba para uso particular. Sin embargo, de ahí no derivó sanción alguna porque se incumplió la legislación sobre datos personales y no se había informado a los trabajadores sobre este dispositivo. La gota que colmó el vaso fue el uso del móvil dos días de junio de 2014. La trabajadora estaba de baja y se conectó durante más de nueve horas a páginas de pago de internet.

La factura de ese mes de teléfonos de Abacua se disparó. La agencia contaba entonces con cincuenta teléfonos de empresa con un consumo medio habitual entre todos de 300 euros. Ella sola había gastado 892,38. A partir de ahí se le impuso una sanción muy grave y se la despidió.

En el juicio de instancia ante un juzgado de lo Social de Palma, la trabajadora alegaba que había sufrido acoso laboral, algo que fue descartado. Ante el TSJB, su defensa presentó once recursos diferentes. Todos ellos se desestiman porque no cumplen requisitos procesales básicos y, de esta forma, se declara válido su despido.