Primero en una intervención con presencia de medios de comunicación y luego durante el turno de preguntas, ya a puerta cerrada, Armengol justificó la remodelación del Govern y la necesidad de asumir todo lo relacionado con la aplicación de medidas para mejorar la transparencia en la toma de decisiones y endurecer los controles internos del Gabinete.
«Nuestro listón es alto y vamos a activar todas las alarmas para evitar más errores», dijo. Dirigentes socialistas mostraron su preocupación por el modo en que la crisis de Més, y su deriva judicial, podrían afectar al relevo en la alcaldía de Palma. El próximo junio, Antoni Noguera (Més) tiene que relevar al socialista José Hila.
La fortaleza del Govern
Armengol hizo un llamamiento a la tranquilidad. Explicó que la 'hoja de ruta' del partido sigue siendo la misma, que es preciso mantener los pactos en todas las instituciones y que en eso coinciden los socialistas y los ecosoberanistas. Algunos asistentes a la reunión indicaron que los socialistas no quieren poner contra las cuerdas a sus socios de Més y que están a la espera de cómo termina la actuación de la Fiscalía y, sobre todo, si se deriva algún proceso judicial. Dan por hecho que en el caso de los contratos menores, y su posible fraccionamiento, las responsabilidades judiciales podrían alcanzar –además de al ex jefe de la campaña de Més en 2015, Jaume Garau– a los cargos medios que negociaron directamente. Y la mayoría ya han sido destituidos o lo serán en los próximos días.
Armengol, en la parte de su intervención abierta a los medios, defendió la fortaleza de su Govern y mostró su «orgullo» por haber podido cambiar las políticas del pasado. Citó la labor de consellers y conselleras del PSIB, pero también destacó el papel de la consellera Fina Santiago (Més), responsable de Afers Socials. No aludió a la política turística, al menos en presencia de los medios.