Traspaso. Los miembros del nuevo gobierno y del saliente, en la reunión de traspaso de poderes - caib

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El economista Guillem López Casasnovas alabó ayer "la valentía" del nuevo Ejecutivo autonómico de tomar, como punto de partida de la presente legislatura, un drástico recorte en el organigrama del Govern, que se reduce a seis consellerias y una vicepresidencia, aunque con "la recomendación de que se sea flexible", para no poner en peligro el buen funcionamiento de la Administración.

El experto en economía pública advirtió que, si en los próximos cuatro años es necesario ampliar la estructura del Ejecutivo balear, debería existir "el compromiso de ir hacia la propuesta, presentada en el Cercle d'Economia entre las medidas para la regeneración de la vida política balear, de que las ampliaciones de la plantilla se justifiquen ante una comisión del Parlament, no ante el propio gobierno o el partido", añadió.

Para López Casasnovas la decisión de José Ramón Bauzá de adelgazar el aparato del Govern "tiene una parte de estética muy favorable, tomando conciencia de las dificultades del momento, se aplica la medicina antes que a los demás, con recortes en la Administración y no en servicios".

En opinión del economista, "partir de lo que tenemos ahora sería más complicado, es mejor hacerlo desde el saneamiento drástico, volver a los orígenes es positivo, y razonar cada nueva plaza que se deba crear en una comisión parlamentaria es necesario para sanear la situación", aseguró. Especialmente después de que Balears fuera, según López Casasnovas, una Comunidad Autónoma "campeona" en la contratación de asesores a través de empresas públicas y fundaciones "cuando no pueden entrar por las vías administrativas".

Inercia

En cuanto al aumento desmesurado de las instituciones públicas, López Casasnovas aseguró "es la inercia de la Administración, no se cuestiona lo que hay, sino que cuando surge una nueva función, se crea una nueva plaza en lugar de recurrir a las ya creadas". La demanda induce la oferta, recordó el economista, y en las administraciones, especialmente las locales, "muy cerca de la gente" y sensibles a las nuevas necesidades ciudadanas, la maquinaria pública va engordando a medida que se quieren atender dichas necesidades y "al no ser absorbidas por el organigrama, se encargan tareas a alguien de fuera, a menudo el mismo que ha vehiculado la necesidad, le ha puesto voz", y finalmente se crea una plaza. Los ayuntamientos destacan por tener un gasto adicional -como media un 30 por ciento-, al de las funciones que deben cubrir.

Dudas sobre los efectos del recorte en la gestión diaria

Joana Barceló, quien con el último gobierno de Francesc Antich ha dirigido la Conselleria de Turismo y Trabajo, aglutinando así dos de las áreas de gestión más importantes, se mostró ayer favorable a la reestructuración que propone Bauzá y afirmó que "era necesario". Eso sí, matizó que el auténtico recorte del gasto en la estructura de la Administración balear (un ahorro que se ha cifrado en torno a los 26 millones de euros sólo en la reducción de consellerias) "está por ver" ya que, recordó, además de los consellers y los directores generales están los funcionarios que, con retribuciones en forma de pluses, ejercen de jefes de servicio.

No obstante, la portavoz saliente del Govern autonómico aseguró que "era importante recortar" y consideró viable la gestión diaria con la reducción de consellerias, aunque con dudas sobre la "macro" área que recaerá en el vicepresidente de Economía, Promoción Empresarial y Ocupación, Josep Ignasi Aguiló.

"Hay que darle un margen de confianza, pero es el área que me preocupa más, con una agrupación tan grande, que incluye economía productiva, atención a las empresas, trabajo", señaló Barceló, "yo creo por ejemplo que el área de ocupación valía la pena tratarla aparte, es un área económica inmensa y también la de más difícil gestión, sobre todo si se trata de dar respuestas rápidas a los ciudadanos".

"El resto creo que son áreas posibles", concluyó Barceló.
Para la parlamentaria socialista hay otros "olvidos que también preocupan" en la estructura diseñada por el nuevo presidente del PP, como son "vivienda, transporte, infraestructuras, puertos, que se pierden en este organigrama, aunque supongo que se resolverán, porque aún no está cerrado".

Camps: "es complicado"

Guillem Camps, exconseller de Comercio e Industria (1995-1996)y de Trabajo y Formación, entre los años 1996 y 1999 con el gobierno del PP y Jaume Matas en la presidencia, se mostró ayer cauteloso a la vez que escéptico ante el recorte que propugna Bauzá.

Pese a compartir la necesidad de reestructurar el Ejecutivo, aseguró que "con voluntad y coraje todo es posible, se puede gestionar, pero lo veo complicado, porque al final quien da la cara siempre es el conseller, y con la reducción de consellerias se duplican y triplican sus ámbitos de responsabilidad".

Camps señaló que será necesario "dar un plazo" al gobierno Bauzá para que pase de la teoría, a la gestión diaria, "sin menoscabo de que con esta reestructuración se pueda llegar a un organigrama más efectivo". Según el ex conseller, retirado de la política activa, "desde mi pequeña experiencia, son muchos frentes los que hay que atender, cuando la economía funciona, aún, pero en momentos de dificultad hay que apagar fuegos, y éstos surgen por doquier".

El exconseller cree que reconducir y reducir la estructura de la Administración, de las empresas públicas, y "racionalizar" el organigrama del anterior gobierno es positivo, aunque se incrementa la carga sobre cada conseller, "es quien nombra los directores generales y es el máximo responsable ante el Parlament y la sociedad", recalcó.