José Ramón Bauzá juró ayer su cargo de presidente del Govern en una ceremonia celebrada en La Lonja de Palma, a la que asistieron un millar de personas, entre políticos, empresarios y representantes de las principales instituciones de las Islas. También acudieron el ministro de Educación, Ángel Gabilondo, y el presidente del PP, Mariano Rajoy, quién elogió las medidas de austeridad anunciadas por el nuevo jefe del Ejecutivo balear.
Bauzá inició su discurso con una referencia a los militares españoles heridos en Afganistán, entre los que se encuentra una soldado del regimiento Palma 47. A ellos, y "a todos los desplazados que sirven a nuestro país más allá de nuestras fronteras", dedicó "un fraternal abrazo". La intervención del nuevo presidente fue breve y en ella reiteró algunos de los compromisos asumidos en su parlamento de investidura, el martes pasado.
Responsables de las principales instituciones de Balears, entre ellos el delegado del Gobierno, Ramon Socías; el presidente del Parlament, Pere Rotger, o el obispo de Mallorca, Jesús Murgui, ocuparon las primeras filas del público, que tuvo que lidiar con el calor sofocante del recinto. También arroparon al jefe del Ejecutivo autonómico su nuevo equipo de consellers -entre ellos, el menorquín Simón Gornés-, que mañana tomarán posesión de sus cargos, así como los presidentes electos de los tres consells que gestionará el PP; Santiago Tadeo, Maria Salom y Pere Palau.
Entre los asistentes pudo verse al ex presidente del Govern Gabriel Cañellas, o a los empresarios hoteleros Gabriel Escarrer (Sol Melià), Juan José Hidalgo (Globalia) y Miquel Fluxà (Iberostar), que intercambiaron posteriormente una animada conversación con Mariano Rajoy. También acudieron el presidente del TSJB, Antoni Terrassa; la rectora de la UIB, Montserrat Casas, y el presidente del CES, Llorenç Huguet, entre otros.
El discurso de toma de posesión de Bauzá finalizó con un prolongado aplauso, tras el que se dio por finalizada la convocatoria.
En consonancia con los planes de austeridad marcados por el nuevo jefe de gobierno, en el patio del Consolat de Mar, anexo a La Lonja, ayer no se amenizaron los corros habituales de conversación con el tradicional brindis. En esta ocasión se prescindió del catering, aunque no de las demostraciones de elegancia en el vestir, de las que hicieron gala buena parte de los invitados al evento quienes, sin embargo, tuvieron que recurrir en más de un caso a un improvisado abanico para mitigar las temperaturas bochornosas de la tarde del sábado.
Un calor que no disuadió a un grupo de "indignados" de hacer llegar su protesta en forma de "performance" a las puertas del Consolat de Mar, ayer acordonado por un fuerte dispositivo de seguridad.
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