Sergi Riudavets encarna la segunda generación y ha liderado este cambio en los que aplica un modelo de huerta regenerativa en ecológica sobre bancales con 10 veces mayor rendimiento. | Gemma Andreu

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Siempre se ha dicho que Menorca no se entendería sin el campo ni sus payeses, pero la realidad es que hace años que la situación del sector primario cada vez es más compleja, con unos costes al alza derivados de la doble insularidad y una falta de relevo generacional, que hace temer por la viabilidad de la mayoría de las explotaciones. Cuesta, en este sentido, encontrar fincas que estén consiguiendo hacer frente a la adversidad de una manera transformadora y respetuosa con el medio ambiente.

La finca Santo Domingo de Sant Lluís, se ha convertido en un ejemplo innovador por su cambio de metodología de trabajo. Hace once años ya lograron diferenciarse del resto apostando por una agricultura en ecológico de sus productos, y llevando a cabo una comercialización directa tanto en su finca como a través de cestas a domicilio. Ahora han dado un paso más, apostando por un sistema de huerta regenerativa donde la siembra se lleva a cabo en bancales permanentes sobre compost, obteniendo una mayor rentabilidad por hectárea plantada. Sergi Riudavets, es segunda generación de este negocio familiar y ha conseguido que le salgan los números, haciendo de payés.

METODOLOGÍA. En 2014 la familia Riudavets inició su proyecto de recuperación de una finca familiar de 15.000 m2 situada a medio camino de la playa de Punta Prima, una de las zonas turísticas por excelencia del sur de Menorca, para dedicarse a la huerta ecológica, produciendo fruta y verdura de temporada y usando variedades locales. Buscaban aportar un valor añadido a la sociedad, a la vez de cuidar de Menorca siendo autosuficientes energéticamente y regando con agua propia de pozo con riego de goteo para consumir la mínima cantidad de agua posible. También se integraron en el proyecto de Custodia Agraria impulsado por el GOB Menorca que promueve practicas agrarias compatibles con la conservación de los valores naturales.

Finca Santo Domingo
Santo Domingo dispone actualmente de 42 bancales pero su idea es poder ampliar ya que disponen de 15.000 m2 de huerta.

Hace tres años decidieron hacer una transición de ecológico tradicional a ecológico en regenerativo, ya que contribuye a la fijación del carbono cuyo beneficio mitiga la crisis climática, devuelve la vida al suelo y al entorno a través de unas técnicas que consisten en alimentar el suelo para que este, a su vez pueda nutrir los cultivos que en él alberga. «Para empezar, la propia agricultura regenerativa ya fue un cambio porque no labras la tierra, consiguiendo mantenerla fértil y trabajando a favor de todo los microrganismos que hay dentro. Hasta la fecha, cada vez que girábamos la tierra, ya fuera a mano o con maquinaria, estábamos alterando los elementos indispensables para la salud del suelo, y haciéndolo de manera repetida, empobrecíamos el terreno», detalla Riudavets. «Pero, además, nuestra apuesta en ecológico regenerativo fue llevar a cabo un cambio en el sistema de plantación que realizábamos hasta la fecha, trasladándolo a bancales permanentes de 15 metros de largo por 0,75 de ancho, un método que descubrí estudiando vídeos en YouTube», explica Sergi Riudavets, propietario junto su padre Toni de la finca familiar.

COMPOST. Sobre la tierra de los bancales añadió quince centímetros de compost, consiguiendo una auténtica revolución en la manera de cultivar con múltiples beneficios. «Cuando empiezas haces una inversión importante en compost pero su aportación a la tierra, es espectacular, ya que, para empezar, funciona como esponja y por lo tanto, siempre está húmedo pero nunca encharcado, ahorrándonos problemas de hongos o pudrimiento. Así mismo es un excelente aliado para el control de las hierbas adventicias o las malas hierbas, que son un serio problema en el cultivo de huerta», añade.
«Otra de las ventajas es que ergonómicamente, trabajas más cómodo encima de los bancales porque te agachas menos veces al reducirse las malas hierbas», explica. «Piensa que si siembras encima de tierra, germinan un tanto por ciento muy alto de hierbas pero si siembras encima de compost, hay muy pocas hierbas capacitadas para crecer tan alto», detalla. «Otra de las grandes ventajas es que pese a que el marco de plantación del bancal es estrecho, nos permite añadir más plantas por metro cuadrado cuyas necesidades nutricionales, están cubiertas por el compost, lo que nos otorga un rendimiento diez veces más elevado que con el método tradicional de cultivo que hacíamos», aclara.

Finca Santo Domingo
El trabajo en los bancales también permite una posición más ergonómica y menos malas hierbas.

«Cuando acabas cada cultivo, además, se corta y se pone compostar con lo que ya puedes plantar enseguida. Antes tenías que esperar a que hubieras pasado la fresadora para triturar el cultivo, además de esperar un mes y medio para que se hubiera descompuesto antes de volver a empezar la tierra para poder sembrar. Con el nuevo método podemos hacer más cultivos durante el año», señala Sergi. «También reutilizas los excedentes que puedas tener, que pasan a formar parte del compost que alimentará toda la fauna microbiana», complementa.

COMERCIALIZACIÓN. En la actualidad la finca de Santo Domingo cuenta con 42 bancales de los que recogen desde col rizada a habas pasando por hinojo, perejil, cilantro, acelgas, lechuga, zanahoria, patchoi, col kale, achicoria o rabanitos, entre otros. Sus productos se comercializan directamente en la finca pero también suministran a diversos establecimientos de referencia en Menorca como la Cooperativa San Crispin, BioMagatzem, Econatur, Tot Bio o los restaurantes del grupo Bonita Menorca, entre otros.

Recientemente, además, han lanzado una línea propia de microgerminados ecológicos, mix de lechugas o rúcula, que envasan ellos mismos en bolsa compostables. «Queremos que el consumidor sepa que puede acceder a una alimentación sana de proximidad y responsable, que cuida de nuestro entorno», detalla Sergi Riudavets. En la finca de Santo Domingo, además, son muy metódicos y a diferencia de la gran mayoría de explotaciones, anotan diariamente lo que han recogido en unidades, facilitando una métrica de rendimiento. «El bancal te permite un sistema de recogida prácticamente diario porque hoy más plantas y más variedades que crecen. Nosotros apuntamos cada manojo que se recoge y así vemos la productividad que obtenemos por metro cuadrado. Estamos muy contentos de haberlo hecho realidad», añade. La propuesta de hacer bancales en la finca de Santo Domingo ya obtuvo en 2023 el Premi Emprèn Rural que concede Leader y CaixaBank en el marco del programa Tierra de Oportunidades.