Estamos hablando de 36.225 hectáreas según datos publicados por Xarxa Forestal, entidad que trabaja en defensa de este ecosistema tan preciado que tenemos a nuestro alrededor, pero del que cada día, estamos más alejados. El monte arde porque lo estamos abandonando a marchas forzadas y nuestro territorio, que es un país de bosques (España es el segundo miembro de la Unión Europea después de Suecia con mayor masa forestal) está cada día más huérfano de cultura forestal y en consecuencia, más expuesto a los peligros del fuego. Los trágicos incendios que han asolado California y que, hasta la fecha, han calcinado más de 16.000 hectáreas, nos deberían servir para girar nuestra mirada hacia la prevención y la bioeconomía circular.
El conseller Joan Simonet compartió su visión durante el Seminario Forestal organizado en Menorca el pasado mes de noviembre por la Asociación Forestal de Menorca, haciendo hincapié en el potencial de la biomasa como recurso energético renovable, pero totalmente infrautilizado. Los bosques son, literalmente dijo, campos de acumulación de energía y debemos dejar de ver la biomasa como la gran desconocida de las energías renovables. Si hubiera ganas, podríamos intercambiar el Made in China de las placas solares que hoy instalamos por el Made in Menorca de la leña que podría servirnos como fuente calórica para calentar o incluso enfriar nuestros hogares pero también los edificios públicos.
La nuestra es una Isla con un gran potencial por la cantidad de recursos forestales disponibles y la transición hacia la bioeconomía circular, no debería ser ninguna quimera. Seguramente esta apuesta por la gestión forestal sea un proceso largo, como un trasatlántico que tarda en virar, pero sus beneficios son incuestionables y Menorca tiene en su haber todos los ingredientes, tal y como se dijo durante el Seminario: recursos, consciencia ambiental y un marco institucional a medida para empujar y hacer las transformaciones necesarias.