El auténtico desestacionalizador es el cambio climático. Es un hecho, ya no es un futurible ni esa aspiración que lleva tantos años reverberando en nuestra consciencia colectiva. Ha llegado la desestacionalización, el tantas veces proclamado alargamiento de la temporada, debido, como a casi todo, a una paradoja del destino. Sí, porque no es un alargamiento tal y como se había proyectado, o tal vez soñado: es una especie de extensión forzada, impelida por los empujones del cambio climático.
Ahora nos damos más cuenta que nunca que clima y turismo se encuentran íntimamente relacionados, configurándose el primero no solo como una característica más del destino, sino como un atractivo por derecho propio que tiene la capacidad por sí mismo para atraer o desatraer a los turistas.
Desestacionalización y competitividad
20/10/23 12:02
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