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Saber gestionar el éxito es tan o más importante que saber gestionar el fracaso, por aquello que si no se hace de una forma adecuada, puede ser letal. Este verano hemos comprobado como Menorca se convertía en un destino de masas y quizás sea recomendable no empezar el debate sin antes releer un informe que publicó el World Travel & Tourism Council (entidad formada por empresas, gobiernos y profesionales del sector turistico) junto con la consultora McKinsey & Company en 2017. El título no puede ser más elocuente: Hacer frente al éxito: gestión de la masificación en los destinos turísticos.

Para diagnosticar una situación de saturación, lo primero es identificar los cinco mayores problemas inherentes. El primero pondera la afectación al residente, es decir, si existe un aumento del precio de alquileres, del ruido o del desplazamiento del comercio local. El segundo hace referencia a la degradación de la experiencia del turista provocada por las colas o el estrés. El tercero es la sobrecarga de infraestructuras, léase energía, agua o carretera. El cuarto es el deterioro del ecosistema y el quinto, los daños psíquicos a la integridad en cuanto a sensación de inseguridad, miedos o destrucción de patrimonio. Por lo tanto, la primera recomendación es llevar a cabo este diagnóstico con datos y no solo sensaciones, cuya metodología no debe obviar la dependencia que tenga el turismo sobre aquella economía local y sus alternativas.

El informe plantea también cinco estrategias para mitigar la masificación que pasan por suavizar la afluencia de turistas a través de tácticas de promoción que estimulen un cambio de hábitos del viajero para aquel destino hacia otras épocas del año. Incide sobre regular la acomodación, desde hoteles, apartamentos a viviendas compartidas, limitando número de noches o prohibiendo incluso su uso en ciertos periodos. Otra estrategia es la del precio para equilibrar demanda y oferta e incluso una segmentación de tarifa por tipo de visitante o momento del día, siguiendo la misma política de revenue que ya aplican hoteles o líneas aéreas. Limitar la llegada de viajeros es otra de las propuestas, que puede venir acompañada de cupos cuando existe un acuerdo de la sociedad sobre ello. Finalmente, propone un uso efectivo de la tecnología a través de aplicaciones o páginas web para avisar acerca de colas o aparcamientos llenos, sugiriendo alternativas fuera de los circuitos habituales a través de la inteligencia artificial.