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Las especies marinas que llegan a nuestras costas están cambiando. Pescadores, investigadores marinos, técnicos de salvamento y bañistas están siendo testigos este verano de una mayor cantidad y una más extendida distribución de ejemplares marinos ya conocidos, y también del avistamiento de nuevas especies nunca antes vistas.

El boom de las carabelas portuguesas (y medusas en general), las frecuentes picaduras de peces araña o escorpión, la aparición de tortugas bobas o la llegada de cetáceos, como ballenas y delfines, poco acostumbrados a dejarse ver, son solo algunos ejemplos que este verano se sienten en el largo litoral español. Una realidad con un telón de fondo inminente: el ecosistema va a cambiar.

Expertos consultados por 20minutos explican que las variaciones de la fauna marina en España son inminentes y responden en gran medida al "cambio climático", que hace aumentar paulatinamente la temperatura de los mares que bordean la costa española, cuya extensión supera los 8.000 kilómetros. El mar Mediterráneo ha batido este agosto un nuevo récord de valores térmicos y ha visto incrementar su calidez en 1,5º en los últimos 40 años, según el Centro de Estudios Ambientales del Mediterráneo. El Cantábrico, por su parte, obtuvo su mayor cifra de temperaturas en 2023, con una adición de 0,3º en la última década.

El pez escorpión

El pez escorpión o pez araña (también llamado faneca) no es ninguna novedad en las playas españolas. Al contrario, es una especie que siempre ha sido muy común en las aguas del Mediterráneo, el Cantábrico y en la zona este del Atlántico. Vive en el fondo, es experto en camuflarse y cuenta con espinas que lo hacen responsable de cientos de pinchazos inesperados sufridos por los bañistas. Tanto es así que este año se ha registrado más del doble de picaduras de esta especie que de medusas en el litoral de Cantabria. Pero este año su presencia ha ido a más y es más cercana a la orilla.

"Hay numerosos estudios que demuestran que con el cambio climático y el incremento de la temperatura del agua está aumentando su distribución y su abundancia", cuenta a este periódico David Vieites, científico investigador del Consejo Superior de Investigaciones Científicas (CSIC).

Este incremento en cantidad y distribución geográfica lo comparte el pez araña con otras muchas especies como la raya o la gallineta, detalla el experto, que apunta como principal hipótesis que "están cambiando sus áreas de distribución un poco más hacia el norte a medida que las aguas de estas costas se van calentando".

Medusas y carabelas portuguesas

La presencia de las medusas y la 'famosa' carabela portuguesa, que desde el verano pasado resonó con mayor fuerza, dependen enormemente de las condiciones climáticas y las corrientes oceánicas, pues no tienen capacidad de moverse por sí mismas. Por ello, son las más susceptibles a las modificaciones ambientales, y este verano se están registrando algunos datos sorprendentes. Por ejemplo, en la ciudad de Cádiz, 100 personas tuvieron que ser atendidas por picadura de medusa en un solo fin de semana de agosto.

El primer apunte sobre el aumento de medusas es su temprana llegada. "Hace 40 años también había muchas medusas y carabelas portuguesas, en septiembre, era lo que marcaba el final del verano. Lo que pasa es que ahora esas olas de llegada de medusas ya no están asociadas a septiembre, sino que te pueden llegar en junio o julio", avanza a este diario Diego de Vallejo, divulgador ambiental y responsable de comunicación de la red de varamientos de Cantabria.

Además de una mayor distribución en el tiempo, el experto constata una mayor extensión de la especie hacia la orilla. Según explica Vallejo, "hay un cambio en las corrientes" que impulsa a las medusas a la costa. "Lo que está ocurriendo con el calentamiento global es que algunas de las corrientes y contracorrientes de aguas cálidas superficiales y aguas frías inferiores están cambiando y nos está llegando esto". En tercer y último lugar, el youtuber ambiental apunta que "con el cambio climático podrían estar proliferando más colonias", pues "el frío es su factor limitante".

Tortuga boba

Con la misma influencia de los cambios en las corrientes marítimas llegan a las costas españolas las tortugas bobas. "Nunca había aparecido en la playa porque nunca se acercaban tanto", dice Vallejo. Sin embargo, "este año están apareciendo a veces hasta una por semana, tortugas juveniles vivas que no pintan nada en aguas costeras".

Hace unas semanas, de hecho, un ejemplar de gran tamaño fue avistado desovando en la playa de Poniente de Benidorm (Alicante). Tras ello, el quelonio regresó al mar. "Están llegando este año 2024 y no han llegado nunca. Todavía es temprano para achacárselo al cambio climático, pero la verdad es que todo apunta que es por el cambio climático. Casi seguro", sentencia el comunicador, que atribuye la causalidad entre temperaturas y acercamiento a la costa a las mismas corrientes que acercan a las medusas a la orilla.

"Es posible que haya pequeños cambios en las corrientes que favorezcan que animales que son pelágicos -que están en altamar- vayan hacia la costa", complementa Vieites, técnico del Instituto de Investigaciones Marinas del CSIC.

Vallejo apostilla un nuevo reto para los especialistas en la mar: la formación para trabajar con la llegada de nuevas especies como la tortuga boba. "Los veterinarios tienen un déficit de conocimiento en estas especies porque nunca hemos recibido ninguna, entonces hemos tenido que mandar incluso a algún veterinario a Valencia [él trabaja en Cantabria] a formarse en el tema para poder atender las tortugas que nos han estado llegando", esgrime.

Ballenas, delfines y tiburones

El también ingeniero técnico forestal alerta de una modificación en las temporadas de cetáceos, como las ballenas o los delfines. "Las ballenas estaban muy asociadas a la temporada de verano en el mar Cantábrico, empezaban a aparecer en julio y terminaban de aparecer en octubre, era la temporada de ballenas. Ahora hemos atendido ballenas en el 1 de enero", pone de ejemplo.

Con respecto a los delfines, Vallejo señala las primeras apariciones en la Península Ibérica del delfín de Fraser. El experto indica que esta especie es más común en el ecuador del planeta y que, como consecuencia, los únicos contactos que España había tenido con este delfín había sido en las islas Canarias. "Pues el año pasado en verano se dieron dos encuentros de delfín de Fraser en Cantabria, cuando es un delfín que siempre está en aguas tropicales", relata sorprendido.

"Es como si alguien hubiese entrado en una habitación y lo hubiese desordenado todo"

"Empiezas a ver como un cambio, es como si alguien hubiese entrado en una habitación y lo hubiese desordenado todo. Estamos viendo cosas muy raras", opina Vallejo, que mantiene el calentamiento de las aguas como principal hipótesis del cambio en la distribución de las especies.

Al margen del cambio climático, David Vieites añade que los cetáceos fueron "exterminados" hace cuatro décadas y que "ahora han vuelto". "Son mamíferos y tienen un ciclo reproductivo lento. Han pasado 40 años y ahora se están empezando a ver más en número", destaca Vieites. Por otro lado, el experto también resalta un mayor avistamiento de tiburones, cuyas poblaciones "han caído globalmente por la sobrepesca". En definitiva, una mayor presencia de cetáceos y tiburones se debe también a una menor explotación, a un fin de la sobrepesca y a una mayor disponibilidad de comida en el mar: "La fauna volvió cuando se le dejó de masacrar".

"El ecosistema marino va a cambiar seguro"

La llegada de nuevas especies y su mayor acercamiento a la costa vislumbran un cambio en el ecosistema inminente, cuya raíz está en un factor global. El científico habla de un movimiento masivo de las áreas de distribución de especies hacia los polos, hacia aguas más frías, "especialmente de aquellas especies que vivían en zonas templadas donde el agua de temperatura del mar era un poco más fresca".

Ambos expertos coinciden en que, conforme pase el tiempo, llegarán a las costas españoles especies más tropicales que están empezando a aparecer en España, como es el caso del delfín de Fraser mencionado. "Si las de aquí van a subir hacia el norte, las que hay en Canarias van a subir hasta aquí", explica Vieites.

"El ecosistema marino va a cambiar seguro. Va a haber especies que no había antes -especies subtropicales- que van a ser más comunes y va a haber especies que aquí eran comunes que cada vez serán más raras", subraya el investigador, que finalmente concluye: "Las condiciones van a cambiar, las faunas van a cambiar. Vamos a tener que adaptarnos lo mejor posible a unas condiciones distintas, ya el sistema tiene una inercia que es inevitable".