Cada especie de abeja tiene su función en el ecosistema y son mucho más que simples productoras de miel. Algunas polinizan cultivos agrícolas, mientras que otras mantienen la biodiversidad en los bosques y praderas. Sin embargo, muchas de estas especies están amenazadas por la pérdida de hábitat, uso de pesticidas y el cambio climático.
Cómo viven las abejas
La mayoría de las especies de abejas son solitarias, lo que significa que no viven en colonias. En este caso cada hembra es capaz de reproducirse y tras el apareamiento construyen su propio nido para depositar los huevos y las reservas de alimento.
Otras especies, como las abejas melíferas, viven en colmenas, donde cooperan en la construcción y mantenimiento del nido, la recolección de alimentos y la crianza de las crías. Dentro de cada colmena existen tres castas: abejas obreras, los zánganos y una reina. Tanto las abejas obreras como la reina son hembras, mientras que los zánganos son machos. Las reinas son las únicas con capacidad reproductiva y las más grandes de toda la colonia.
Las abejas son artrópodos sociales que, aunque no hablan como los humanos, utilizan un lenguaje igual de efectivo. A través de una combinación de danzas, feromonas, vibraciones e incluso ‘cabezazos', las abejas transmiten información vital dentro de la colmena.
A través de la danza
Uno de los métodos de comunicación más conocidos de las abejas es la danza. Al regresar a la colmena después de encontrar una fuente de alimento, las abejas realizan un baile específico que indica a sus compañeras la dirección y la distancia a la que se encuentra el néctar o el polen.
Vibraciones y exhibiciones visuales
Las abejas también se comunican a través de vibraciones y de aromas. Al frotar sus antenas entre sí, pueden transmitir información sobre la calidad de la comida que han encontrado. Además, producen diferentes feromonas que les permiten identificarse entre sí, marcar el territorio de la colmena y atraer a otras abejas.
En un estudio publicado en PLOS Biology se recoge cómo la Apis cerana, o abeja melífera asiática, transmite el mensaje de alarma ante la detección de peligro a través de ‘cabezazos' con sus compañeras de colmena, compartiendo así la información.
En el caso de las abejas solitarias, utilizan señales químicas, visuales y táctiles para encontrar una pareja. Los machos suelen patrullar un área en busca de hembras receptivas y emiten feromonas para atraerlas. Las hembras, por su parte, pueden liberar feromonas para indicar su disponibilidad para aparearse. Una vez que el macho encuentra una hembra receptiva, realiza un cortejo que puede implicar movimientos y otras exhibiciones visuales.
Cómo son los sonidos de las abejas para comunicarse
En los últimos años, también se ha descubierto que utilizan sonidos para comunicarse. Las abejas obreras emiten un sonido similar a un ‘chillido' cuando detectan una amenaza, como un avispón gigante. Este sonido alerta a las demás para que se defiendan.
El lenguaje de las abejas, maestras en la comunicación, es un campo de estudio en constante evolución. Sus mensajes son vitales para la supervivencia de la colmena y también para el equilibrio de los ecosistemas.
Los científicos aún están descubriendo nuevos detalles sobre cómo estos insectos se comunican entre sí. Sin embargo, lo que ya se conoce sobre su sistema de comunicación es fascinante y demuestra la complejidad e inteligencia de estos pequeños seres, capaces de comprender el concepto de cero y realizar discriminaciones numéricas.
Sin comentarios
Para comentar es necesario estar registrado en Menorca - Es diari
De momento no hay comentarios.