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El famoso videojuego The Last of Us, adaptado ahora a la pequeña pantalla por HBO Max, describe un mundo asolado por una epidemia provocada por un hongo, Cordyceps, que infecta a las personas y las convierte en una especie de zombis, controlados por los parásitos. Este argumento ficticio tiene un origen completamente real: el hongo Cordyceps existe y es capaz de parasitar insectos. Esto ha llevado a muchos a preguntarse si podría llegar a atacar también a los humanos, como plantean la serie y el videojuego.

El Cordyceps es un género de hongos que abarca cientos de especies, que se caracterizan por tomar el cuerpo de un insecto huésped y reemplazar sus tejidos. Algunos incluso son capaces de afectar a la conducta del insecto, como el hongo Ophiocordyceps unilateralis.

Aunque las similitudes entre este hongo y la ficción son evidentes, "no es probable que ocurra en la vida real", indica a National Geographic el genetista de hongos Ian Will, de la Universidad de Florida Central (EE UU).

El caso más llamativo es el de las 'hormigas zombis', infectadas por el hongo Ophiocordyceps, capaz de controlarlas mentalmente y hacer incluso que puedan trepar a un árbol y morder sus hojas. Días después, la hormiga muere y se liberará una lluvia de esporas, que buscará la manera de infectar a nuevos insectos.

João Araújo, experto en hongos parásitos del Jardín Botánico de Nueva York, explica que estos hongos "llevan coevolucionando unos 45 millones de años", antes de la historia de la humanidad, por lo que para infectar a un animal de sangre caliente necesitaría un gran trabajo evolutivo.

"Si el hongo realmente quisiera infectar a los mamíferos, necesitaría millones de años de cambios genéticos", aclara Araújo.

Además, cada especie de hongo ha evolucionado para adaptarse a un insecto específico de un lugar concreto. Es decir, si un hongo infecta a una hormiga de Florida no es capaz de atacar a las cigarras o a otra población de hormigas de Japón.

No obstante, el genetista Ian Will ve "razonable" la idea de que la temperatura pueda desempeñar un papel en las infecciones fúngicas en humanos.

De hecho, un estudio publicado hace unos años en American Society for Microbiology puso de manifiesto el aumento de una nueva enfermedad fúngica surgida a raíz del cambio climático y provocada por el hongo Candida auris en tres continentes.

Este hongo es uno de los pocos capaces de infectar a los humanos al lograr combatir la respuesta inmune y la temperatura corporal. Esto fue posible debido a su adaptación de la tolerancia al calor, y se cree que primero comenzó infectando a las aves, cuya temperatura es menor que la de los humanos. Eso sí, esta infección es muy poco frecuente en personas con un sistema inmunitario sano, ya que ataca a pacientes muy enfermos.

Sin embargo, todavía falta un largo camino hasta que los hongos tengan la capacidad de tomar los cuerpos humanos e incluso alterar la mente. Para Ian Will, "si el salto de una especie de hormiga es difícil, saltar a los humanos es definitivamente ciencia ficción", zanja.