El presidente del Gobierno. | Efe - J.J.Guillén

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El presidente del Gobierno, Pedro Sánchez, ha defendido este miércoles sus relaciones internacionales y ha reprochado al líder de Vox, Santiago Abascal, su servilismo con la administración estadounidense de Donald Trump. En la sesión de control al Ejecutivo en el Congreso, Sánchez ha advertido a Abascal que en abril más de 300.000 venezolanos van a poder ser deportados por Estados Unidos debido a la decisión de Trump de no extender el estatus de protección temporal.

Le ha preguntado si «¿va a poner el grito en el cielo y a criticar a la administración Trump por esta decisión?», tras lo que se ha mostrado convencido de que no lo hará porque es «fuerte con el débil, pero un servil con el poderoso, como ha demostrado». Por contra, el jefe del Ejecutivo ha defendido la política exterior de España y ha destacado las 125.000 órdenes de protección temporal dadas por su Gobierno a los venezolanos frente a las 26 que, según ha dicho, dio el PP, al que también ha criticado porque «se rasga y se da golpes de pecho sobre la dictadura de (Nicolás) Maduro».

En su opinión, a España se la ve desde fuera como un país europeísta, con influencia y respetuoso con el derecho internacional y, en este sentido, ha vuelto a abogar por la solución de los dos Estados para Israel y Palestina frente al «negocio inmobiliario» de Trump en Gaza. Sánchez ha respondido de este modo a las acusaciones de Abascal de haber destruido las relaciones internacionales con los socios naturales de España para aliarse con «narcoterroristas» como Gustavo Petro, «tiranos» como Nicolás Maduro o regímenes como los de Hamás, Qatar, Irán o Marruecos, «sin olvidarnos, por supuesto, de (Vladímir) Putin, al que compra el doble de gas que antes de la guerra».

El presidente de Vox ha deseado que no le afecten a España los aranceles anunciados por Trump pero ha advertido de que si llegan será por culpa de la «beligerancia» de Sánchez, que «se ha puesto chulo», en lugar de ser «mínimamente diplomático», a diferencia de la primera ministra italiana, Giorgia Meloni. «Es muy sencillo: Meloni cae bien y usted cae mal. No me extraña», ha dicho, y ha concluido diciendo: «Tendremos aranceles por su culpa y si no los tendremos, será a pesar de usted».