El conseller de Presidencia, Francesc Homs, ha expresado este martes la voluntad de mantener las urnas el 9N porque no contempla que el Gobierno pueda impugnar un proceso basado en voluntarios y que no es un referendo, por lo que «no se puede prohibir lo que no se hace».
Preguntado en la conferencia de prensa posterior a la reunión del ejecutivo catalán por si habrán urnas el 9N, Homs ha afirmado: «Cómo no vamos a hacerlo, claro que habrá las urnas».
Así, Homs ha dicho que la Generalitat, haga lo que haga finalmente el Gobierno central, seguirá trabajando con el objetivo de poner las urnas para preguntar a los catalanes sobre la independencia. «No puedo pensar que pueda ser prohibido», ha apostillado.
Homs ha hecho estas declaraciones después de que este lunes la vicepresidenta del Gobierno, Soraya Sáenz de Santamaría, avanzase que el Gobierno ha pedido al Consejo de Estado un informe para impugnar todo el proceso de la consulta alternativa del 9 de noviembre en Catalunya.
Para el conseller, el Gobierno central tiene «una confusión muy grande» y actúa «irresponsablemente» y con una gran «inconsistencia», a tenor de la evolución de las declaraciones de dirigentes del Ejecutivo central, que en 15 días han pasado de «hacer mofa» del nuevo 9N a decir que «es algo que desafía al Estado y que será impugnado», ha explicado.
Además, para Homs, «pretender prohibir lo que pasará el 9N es desafiar el Estado de Derecho y la propia lógica de la democracia» y son «maneras de hacer del siglo XVI o XVII», del «ordeno y mando», pero ha recalcado que «estamos en el siglo XXI», por lo que ha augurado que actuar de esta manera será un «fracaso absoluto».
Homs ha dicho que no sabe qué alegará el Gobierno para impugnar ante el Tribunal Constitucional el 9N, pero ha subrayado que «no se puede prohibir lo que no se hace» y «es evidente que no es un referendo» sino un proceso centrado en la participación ciudadana y el voluntariado: «Esto no puede ser suspendido», ha insistido.
En este sentido, el conseller ha considerado que la posición del Gobierno de impugnar al 9N, que el jefe del Ejecutivo central, Mariano Rajoy, calificó de acto «mezquino», no tiene «nada que ver con la preservación del Estado de derecho ni de la democracia, sino con una obstinación partidista», en «estado superlativo» de ir «en contra de la voluntad mayoritaria del pueblo de Catalunya» que quiere votar esa fecha.
Pero ha añadido, también en alusión al Gobierno central: «Se han metido en un lío notable, porque el voluntarismo no se para y el fomento de la participación ciudadana -en el que se apoya el proceso del 9N- tampoco se para».
En todo caso, el conseller ha mantenido que el proceso participativo «se ajusta a derecho».
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