Tras las marchas que confluyeron en Madrid el pasado 22 de marzo, los convocantes explicaron que ahora han querido rodear los parlamentos regionales para expresar que «el pueblo es soberano» y «permanece vigilante» ante las decisiones que se tomen en su nombre.
Además de las celebradas por la mañana en Sevilla, Vitoria, Santiago de Compostela, Zaragoza, Valladolid y Toledo, por la tarde se celebraron otras en Madrid y Barcelona.
Hasta la Asamblea de la Comunidad de Madrid llegó alrededor de un millar de personas en una marcha pacífica para exigir «Pan, trabajo y techo», como sucedió en otras muchas comunidades autónomas dentro de esta jornada de protesta.
Vuelta
Al llegar la columna de la protesta, los manifestantes dieron una vuelta al recinto luciendo banderas republicanas, de Brigadas Internacionales, del Partido Comunista y de Podemos, entre otras, así como pancartas alusivas a sus reivindicaciones.
«Exigimos no pago de la deuda ilegal, ilegitima y odiosa», «Exigimos empleo digno con derechos y servicios públicos para todas las personas», se podía leer en la pancarta principal.
Víctor Jiménez, miembro de la organización del 22M (en alusión al día de marzo cuando se celebraron en toda España marchas por la dignidad que confluyeron en Madrid) aseguró a Efe que la gente protesta porque «no aguanta más».
También un millar de personas, la mayoría miembros de colectivos vecinales y sociales, participaron en una manifestación por el centro de Barcelona en contra de la política de austeridad y recortes, que acabó con una concentración en la plaza de Sant Jaume, y un recorrido casi simbólico rodeando la sede de la Generalitat.
El portavoz de la Federación de Asociaciones de Vecinos de Barcelona (FAVB), Luis Blanco, ha denunció que tanto la Generalitat como el Gobierno español actúan como «cómplices» de la «troika» en su política de recortes.
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