El primer descenso sustancial del desempleo desde que comenzó la crisis en España, donde alcanza uno de los niveles más altos de la Unión Europea, animó ayer al Gobierno y empresarios a pronosticar la salida de la profunda crisis económica que atraviesa el país.
En contraste, sindicatos y los partidos de la oposición restaron importancia al dato al considerar que es estacional o que todavía es "precario" el empleo en el país.
En junio se registraron en España un total de 127.248 desempleados menos que en mayo, lo que supone la mayor disminución registrada ese mes en toda la serie histórica, según datos publicados ayer por el Ministerio de Empleo y Seguridad Social.
El desempleo, en especial el juvenil, es en la actualidad el asunto que más preocupa a los españoles.
El presidente del Gobierno, Mariano Rajoy, consideró en un debate en el Congreso de Diputados que el dato permite concluir que se puede "tener esperanza", a la vez que resaltó que por primera vez desde 2007 no ha aumentado el desempleo en el primer semestre del año.
La ministra de Empleo y Seguridad Social, Fátima Báñez, aseguró que el descenso del en junio es un dato que "invita a la esperanza e indica que algo está cambiando en el mercado laboral", aunque reconoció que el Gobierno "todavía tiene que seguir dando la batalla" con las reformas.
Por su parte, el titular de Hacienda, Cristóbal Montoro, fue más allá y aseguró que "con toda probabilidad" el segundo trimestre del año será el último de caída de la actividad económica en España en términos intertrimestrales.
A su juicio, la bajada del paro en junio y el incremento de la afiliación a la Seguridad Social muestran que se frena el deterioro del mercado de trabajo, algo que se traduce también en que se está acabando la recesión.
Montoro firmó que el escenario macroeconómico del periodo 2014-2016 apuesta por un crecimiento bastante más sólido y con un superávit por cuenta corriente y reiteró que no hay contradicción entre las políticas de austeridad y el crecimiento y ha añadido que en un país endeudado no hay crecimiento si no hay austeridad.
"Datos como la disminución del desempleo o el aumento de los autónomos son un estímulo para no cejar en las reformas", dijo, por su parte, la vicepresidenta del Gobierno, Soraya Sáenz de Santamaría.
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