El virtual triunfador de las elecciones mexicanas, Enrique Peña Nieto, afirmó ayer que la estrategia seguida hasta ahora en la lucha contra el narcotráfico "no ha tenido los resultados deseados", y es preciso aplicar medidas "muy pronto" para reducir la ola de violencia que está desangrando al país.
"La sociedad espera resultados inmediatos, de corto plazo", dijo Peña Nieto, dirigente del Partido Revolucionario Institucional (PRI), horas después de que datos del organismo electoral le adjudicaran la victoria en las urnas.
En una entrevista con corresponsales de varias agencias, Peña Nieto no se comprometió a fijar plazos para reducir una ola de violencia que ha causado unos 50.000 muertos en los últimos cinco años y dijo que está a la espera de la información que le entregue el Gobierno saliente para precisar su estrategia contra los carteles de la droga.
"Aquí no se trata de llegar y romper con todo lo que se ha hecho, al contrario, creo que hay acciones impulsadas por este Gobierno en materia de seguridad que deben mantenerse, retomarse y continuarse, y sin duda ajustar la estrategia para reducir el objetivo de reducir la violencia", afirmó.
El virtual triunfador de los comicios hizo sus declaraciones en una casa del equipo de campaña, en esta capital, adonde llegó con retraso porque estaba atendiendo llamadas de líderes internacionales para felicitarle por su triunfo de ayer.
Sereno y midiendo bien sus palabras, Peña Nieto dijo que será "fundamental" la información que le entregue el Gobierno de Felipe Calderón "sobre el diagnóstico y las operaciones en las que han venido trabajando en materia de seguridad".
Insistió varias veces en que es preciso contar con el "respaldo social" que obtenga si se reducen los índices de violencia para que le apoyen en su lucha contra el narcotráfico y terminar con los homicidios y secuestros que afectan a diario a los mexicanos. "Todo esto sin duda ha hecho sentir entre la sociedad mexicana que la estrategia seguida hasta ahora no ha tenido los resultados deseados, no obstante la detención de varios capos (...). Vamos a un combate eficaz contra los capos, pero también en un rediseño que permita bajar la violencia y lograr con ello el respaldo social", agregó.
La lucha contra el narcotráfico y otros grupos del crimen organizado ha dejado mella en la gestión de Calderón, quien, desde que asumió el poder, el 1 de diciembre del 2006, se vio forzado a utilizar a las Fuerzas Armadas para contrarrestar las carencias de las fuerzas policiales y la corrupción entre los cuerpos de seguridad.
Peña Nieto no espera que los militares, "por ahora", puedan regresar a los cuarteles, y confirmó, como señaló en su campaña electoral, que "el Ejército se mantendrá en los lugares donde hay violencia y la seguridad es delicada y grave".
Y citó expresamente los estados de Veracruz, Tamaulipas y Michoacán, regiones con fuerte presencia de los grupos del narcotráfico, que controlan rutas y municipios y han llegado a poner en jaque a las instituciones del Estado.
Peña Nieto quiere fortalecer los cuerpos de seguridad, coordinar mejor sus acciones y contar con "mayor colaboración" con agencias de inteligencia, incluidas las de Estados Unidos, "para dar golpes certeros, precisos", contra los capos del narcotráfico. "Creo que en la agenda a definir con el Gobierno norteamericano, en estricto respeto a nuestra soberanía, pero en un ánimo de colaboración con ese Gobierno, (está) hacer un combate más eficaz que implique menos violencia", insistió.
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