Benedicto XVI. El Pontífice propone mirar al futuro con esperanza - Reuters

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El Papa Benedicto XVI dijo ayer que la separación de los cristianos quita credibilidad al anuncio del Evangelio y exhortó a los seguidores de Cristo a lograrla para llevar la esperanza allí "donde domina la injusticia, el odio y la desesperación".

El pontífice hizo estas manifestaciones en la basílica de San Pablo Extramuros, en las afueras de Roma, a donde se trasladó para clausurar la Semana de Rezos por la Unidad de los Cristianos, en la que ante representantes católicos, ortodoxos y protestantes afirmó que lograr la unidad es un "compromiso y un deber" de todos.

El Obispo de Roma señaló que aunque la división es "dolorosa", los cristianos tienen que mirar al futuro con esperanza, "sabedores que la resurrección de Cristo confirma que la bondad de Dios vence al mal y el amor supera a la muerte y que Él acompaña a los hombres en la lucha contra las fuerzas destructoras del pecado que dañan a la humanidad".

"Unidos en Cristo, los cristianos estamos llamados a compartir su misión, que es llevar la esperanza allí donde domina la injusticia, el odio y la desesperación. Nuestras divisiones quitan luminosidad a nuestro testimonio de Cristo", afirmó el Papa.

Benedicto XVI, de casi 85 años y que recorrió el templo en una peana móvil para no fatigarse, agregó que alcanzar la plena unidad, no es una victoria secundaria, sino muy importante para el bien de la familia humana".

El papa Ratzinger subrayó que los cristianos deben ser pacientes y tener confianza en que llegará la unidad.

"Aunque a veces podamos tener la impresión de que el camino hacia el pleno restablecimiento de la comunión será aún muy largo y lleno de obstáculos, exhorto a todos a renovar la propia determinación a perseguir con valentía y generosidad la unidad, que es voluntad de Dios", precisó el Papa.

Benedicto XVI puso como ejemplo a san Pablo, de quien ayer la iglesia conmemoró su conversión, y resaltó que Saulo de Tarso frente a cualquier dificultad siempre conservó su confianza en Dios y que ello debe servir a los cristianos para proseguir el compromiso que les lleve a la unidad, "sabedores que nuestra fatiga no es vana para Dios".