urkullu. El líder del PNV a su llegada a la Moncloa - Reuters

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El Gobierno no variará su política penitenciaria a pesar de la petición explícita del presidente del PNV, Íñigo Urkullu, quien reclama medidas humanitarias y urgentes para los etarras enfermos, al jefe del Ejecutivo, José Luis Rodríguez Zapatero.

Así lo manifestó el ministro de la Presidencia, Ramón Jáuregui, en comparecencia de prensa posterior al encuentro de Zapatero y Urkullu, en la que precisó que el Gobierno está obligado a mantener una situación "de reserva", "por respeto institucional a la legitimidad del nuevo Gobierno" que surgirá tras las próximas elecciones.

"No habrá reformas previsibles", añadió, al tiempo que dijo que desconocía si por parte de los presos de ETA hay algún movimiento para pedir perdón.

Poco antes y también en rueda de prensa, Urkullu demandaba una política penitenciaria "flexible, dinámica y consensuada" con los presos, especialmente con los enfermos, para los que pedía a Zapatero un "empuje" como presidente de Gobierno y hasta que se forme el próximo Ejecutivo.

Después de hora y media de reunión en el Palacio de la Moncloa y en rueda de prensa, Urkullu insistió en que para avanzar en el proceso del final de la violencia y de normalización política es necesario el diálogo entre los partidos y que la izquierda abertzale y los terroristas se comprometan en el reconocimiento a las víctimas y asuman el daño causado.

Urkullu dijo que Zapatero "comparte que estamos en un nuevo tiempo y que hay que ir trabajando por la superación" del antiguo escenario de violencia.Añadió que las medidas de flexibilización de la política penitenciaria deberán estar "en función" de los pasos que den los presos, de los que espera "arrepentimiento y petición de perdón", así como solicitudes individuales de cambio de grado.