«La magnitud de la destrucción que vemos hoy en las zonas de conflicto está llevando a los sistemas internacionales al límite de sus posibilidades», aseveró Spoljaric. «El coste humano es inconmensurable, y los costes de reconstrucción, astronómicos. Los posibles efectos colaterales en el plano económico, que se extienden mucho más allá de las zonas de conflicto, podrían dar lugar a alteraciones en los mercados internacionales y poner en riesgo la estabilidad en todo el mundo. Los conflictos armados son el factor que más contribuye a generar necesidades humanitarias. Para reducir la dependencia del socorro y evitar desandar los avances realizados en materia de desarrollo, debemos mitigar los efectos de los conflictos armados en las personas, empezando por reforzar el compromiso con el respeto de las leyes de la guerra».
Con más de 120 conflictos armados activos registrados por el CICR en todo el orbe, muchos de ellos marcados por una intensa violencia, devastación generalizada y obstáculos a la asistencia humanitaria, Spoljaric advirtió que las reglas que gobiernen los enfrentamientos bélicos actuales delinearán cómo se librarán las guerras del mañana. En la mente de todos queda la destrucción de la Franja de Gaza con los bombardeos del ejército israelí y los choques con Hamás, o en algunas zonas de Ucrania, invadidas en parte por el ejército ruso bajo la lluvia constante de artillería, drones y misiles.
«Cuando se transgreden los límites establecidos para la conducción de las hostilidades, aumenta el sufrimiento humano y se crean condiciones propicias para el arraigo de nuevas amenazas en el ámbito de la seguridad», puntualizó. «En un mundo de divisiones y alianzas que cambian continuamente, preservar un nivel básico de humanidad durante los conflictos, en última instancia, nos protege a todos», resume Spoljaric.
Mientras los líderes globales se enfocan en conflictos armados como los de Ucrania, Gaza y Sudán, la presidenta del CICR recalcó la crucial importancia de las iniciativas humanitarias para allanar el camino hacia la reducción de las hostilidades. «Las primeras señales de cooperación suelen surgir a través de la labor humanitaria, y debemos recibirlas con entusiasmo si queremos revertir la tendencia de intensificación de las guerras que amenaza la estabilidad mundial y la prosperidad a largo plazo».
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«En un mundo de divisiones y alianzas que cambian continuamente, preservar un nivel básico de humanidad durante los conflictos, en última instancia, nos protege a todos», resume Spoljaric. Me parece un oxímoron hablar de guerra y humanidad en la misma frase... 🤦🏼♀️