Banderas de EE.UU. y Dinamarca durante un ejercicio aliado. | Efe - MARTIN DIVISEK

TW
5

El interés del presidente de Estados Unidos, Donald Trump, por Groenlandia, la gran isla autónoma bajo soberanía de Dinamarca, ha generado una irónica reacción en el país nórdico. Trump había expresado su deseo de favorecer la posición preponderante de EE.UU. adquiriendo este territorio estratégico rico en recursos naturales y clave para las nuevas rutas comerciales que se abren con el deshielo del Ártico.

Como contrataque sarcástico, los ciudadanos daneses han iniciado una recogida de firmas con el objetivo de «comprar» el estado de California. La iniciativa, cargada de ironía, pretende poner de manifiesto lo absurdo de la idea de Trump de poseer Groenlandia. Hasta el momento, se han recolectado unas 200.000 rúbricas.

Desde la Administración estadounidense no se han producido comentarios al respecto de esta singular propuesta. Mientras tanto, la petición continúa ganando apoyos entre los daneses, que ven en ella una forma original de expresar su rechazo a las pretensiones del inquilino de la Casa Blanca sobre la isla groenlandesa.

Más allá de la anécdota, el caso pone de relieve la creciente importancia geoestratégica del Ártico en un contexto de cambio climático y competencia por los recursos. Groenlandia, con sus abundantes reservas minerales y su ubicación privilegiada, se ha convertido en un codiciado objeto de deseo para varias potencias. Estados Unidos ya ha expresado en público su idea; Rusia tiene intereses destacados en la zona y nunca hay que perder de vista a China.

Habrá que seguir de cerca cómo evoluciona esta pugna diplomática entre Estados Unidos y Dinamarca, aliados en el seno de la OTAN, y si la Casa Real danesa toma en consideración la petición de sus conciudadanos de hacerse con el «Golden State». De momento, parece que el humor y la ironía se utilizarán como un recurso más en este curioso conflicto internacional.