«Esto es imposible. Rusia nunca abordó ni abordará el asunto del intercambio de nuestro territorio», subrayó Peskov, dejando claro que «por supuesto, las unidades ucranianas serán expulsadas de este territorio, todos. Aquellos que no sean expulsados, serán liquidados». Sus palabras se referían a las declaraciones del presidente ucraniano, Volodímir Zelenski, quien había sugerido un «intercambio directo» de territorios en el marco de unas futuras negociaciones de paz con Rusia promovidas directamente por la Administración Trump.
Cabe recordar que el pasado 6 de febrero se cumplieron seis meses de la incursión ucraniana en Kursk, una audaz operación que sorprendió por completo a la guardia fronteriza rusa. Desde entonces, los rusos han logrado recuperar más del 60 % del territorio ocupado por Ucrania en la zona, pero no han conseguido expulsar completamente al enemigo, y eso que sobre el terreno han contado con la ayuda de miles de militares provenientes de Corea del Norte. Zelenski había manifestado desde un principio la intención de Kiev de utilizar Kursk como «moneda de cambio», aunque sin precisar el objetivo concreto de dicho canje.
Es importante tener en cuenta que Rusia considera territorio propio las cuatro regiones ucranianas que controla parcialmente desde la invasión ordenada por Putin hace casi tres años: Donetsk, Lugansk, Jersón y Zaporiyia. A estas se suma la península de Crimea, anexionada por Moscú en 2014. En todos estos casos, la comunidad internacional rechaza la jurisdicción de las autoridades rusas sobre dichos enclaves.
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