Vista general de los paneles de la Bolsa de Madrid, que cerró el lunes en rojo. | Efe - VEGA ALONSO DEL VAL

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Hay quien cree que el nuevo presidente de Estados Unidos, Donald Trump, utiliza las relaciones internacionales como una suerte de juego del chantaje con los que hasta ahora han sido algunos de sus socios comerciales y estratégicos más próximos. Lo cierto es que la reciente política comercial puesta en marcha por Trump ha interpelado a las bolsas de todo el mundo. Sus reacciones han sido las previstas y las amenazas de imponer nuevos aranceles a México, Canadá y China han tenido un impacto significativo en los mercados financieros, donde la incertidumbre continúa reinando y provoca descensos generalizados.

Por ejemplo el índice bursátil español IBEX 35 ha registrado leves retrocesos en la apertura de este martes jornada debido a la falta de claridad sobre las medidas arancelarias del mandatario estadounidense. El Nikkei, principal indicador de la Bolsa de Tokio, repuntó este martes un 1,6 % en la apertura, y recupera parte del terreno perdido en la víspera, cuando cerró con una caída del 2,66 %.

La tensión en el ambiente financiero se ha intensificado después de que Trump decidiera postergar temporalmente la implementación de aranceles más severos a México y Canadá, lo que fue rápidamente seguido por medidas similares desde Pekín. En una acción recíproca, China ha anunciado gravámenes sobre importaciones estadounidenses, alimentando aún más la inestabilidad en los mercados de renta variable.

Analistas del sector financiero, como los expertos de Bankinter, advierten que esta situación de inestabilidad podría prolongarse en los mercados bursátiles. «El mercado irá adaptándose, pero las bolsas quedarán bloqueadas hasta evaluar daños y volver a poner en valor los buenos resultados corporativos en un contexto de tipos menos bajos, inflación superior a lo esperado y algo menos de PIB», señalan.

En esta línea, apuntan que es posible que el próximo objetivo en la lista de Trump sea la Unión Europea, lo que podría derivar en complicadas negociaciones. Entretanto, el precio del oro se ha disparado, considerado tradicionalmente un refugio seguro en tiempos de incertidumbre económica. La onza de oro al contado experimentó un alza del 0,3 %, situándose en los 2.820,94 dólares, rozando máximos históricos. Tal como explica el estratega de mercado de IG, Yeap Jun Rong, «en el entorno actual altamente dinámico, en el que es probable que dominen la volatilidad del mercado y los vaivenes de las políticas monetarias, los precios del oro pueden seguir estando respaldados».

Los inversores enfrentan un panorama complicado, ya que deben adaptarse rápidamente a los movimientos difíciles de prever sobre los aranceles de Trump. Muchos se están refugiando en activos seguros como el oro, incrementando su valoración. Además, los cambios en la política comercial y las posibles represalias internacionales, como las de China o la Unión Europea, generan un entorno de constante vigilancia para los agentes económicos. En consecuencia los analistas estiman que podría pasar algún tiempo antes de que las bolsas se estabilicen. Hasta entonces, los mercados estarán pendientes de la evolución de estas tensiones comerciales y su posible repercusión en la economía global.