«Kiniezire y Mukwuida están en manos de los rebeldes (del M23) desde ayer, que avanzan tranquilamente y sin ser molestados. Consiguieron instalar su administración temporalmente», aseguró a EFE por teléfono el presidente de la sociedad civil del territorio de Kahele, Delphin Mbiri, donde se encuentran ambas localidades.
«Mientras hablamos, estos rebeldes avanzan hacia (la localidad de) Nyabibwe», añadió Mbiri, quien alertó de que la situación de seguridad en su territorio es «muy preocupante», lo que ha propiciado que los civiles se desplacen «constantemente» hacia las principales ciudades del país. No obstante, Mbiri aseguró que las Fuerzas Armadas de la RDC (FARDC) se están organizando para «bloquear el camino» y frenar el avance de los rebeldes del M23.
«Nuestras fuerzas están presentes y organizadas en Kavumu. Creemos que nuestro ejército va a hacerles retroceder y va a recuperar las dos localidades», explicó. Según medios locales, el M23 se dirige hacia la capital de Kivu del Sur, Bukavu, en un intento de ampliar su zona de control en el este de la RDC. En su rueda de prensa diaria, el portavoz de la secretaría general de la ONU, Stéphane Dujarric, confirmó el miércoles que habían visto los informes que reportaban el avance de los rebeldes hacia esta ciudad.
«Es muy preocupante y estamos tomando medidas para proteger a los civiles y a nuestro propio personal», aseguró. Paralelamente, el M23 -un grupo armado formado principalmente por tutsis que sufrieron el genocidio ruandés de 1994- continúa su ofensiva en la provincia vecina de Kivu del Norte, donde el lunes tomaron su capital, la estratégica ciudad de Goma, tras varios días de intensos enfrentamientos con el Ejército congoleño y sus milicias aliadas.
Esta escalada del conflicto ha generado un aumento de la tensión entre la RDC y la vecina Ruanda, ya que el Gobierno congolés acusa al ruandés de apoyar al M23, un extremo que ha confirmado la ONU. Esta escalada del conflicto en el este de la RDC ha generado un aumento de la tensión con la vecina Ruanda, ya que el Gobierno congolés acusa al ruandés de apoyar al M23, un extremo que ha confirmado la ONU. Por su parte, Ruanda y el M23 acusan al Ejército de la RDC de cooperar con las Fuerzas Democráticas para la Liberación de Ruanda (FDLR), grupo fundado en 2000 por cabecillas del genocidio de 1994 y otros ruandeses exiliados para recuperar el poder político en su país, una colaboración que también ha sido confirmada por la ONU.
La actividad armada del M23 se reanudó en noviembre de 2021 con ataques relámpago contra el Ejército congoleño en Kivu del Norte y, desde entonces, ha avanzado por varios frentes hasta situarse en Goma, capital de unos dos millones de habitantes que es sede de ONG internacionales e instituciones de Naciones Unidas y que el grupo ya ocupó durante diez días en 2012. Desde 1998, el este de la RDC está sumido en un conflicto alimentado por milicias rebeldes y el Ejército, a pesar de la presencia de la misión de paz de la ONU (Monusco).
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