Miembros de la guardia de honor de Taiwán en un acto. | Efe

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El Ministerio de Defensa de Taiwán anunció que el desarrollo del vehículo blindado de fabricación nacional Clouded Leopard avanza según lo programado, lo que desmintió informes previos que sugerían la suspensión del proyecto debido a problemas de dimensiones. La cartera castrense afirmó que dos prototipos del vehículo, equipados con cañones de asalto de 105 mm, han superado exitosamente las pruebas de desarrollo requeridas y cumplen con los estándares de dimensiones establecidos.

El organismo agregó que ambos vehículos, que se hallan en el periodo de pruebas de armas hasta el mes de octubre, demostraron precisión y estabilidad en los test de disparo, informó la agencia oficial taiwanesa CNA.

El Yuan Legislativo (parlamento) recibió por parte del Ministerio de Defensa un presupuesto para producir 282 vehículos blindados Clouded Leopard con cañones de asalto locales entre 2024 y 2036, pero sin fecha definida para iniciar la producción a gran escala.

Este presupuesto incluye la construcción de los dos prototipos del vehículo, con un coste estimado de 769 millones de nuevos dólares taiwaneses (25 millones de dólares, 23 millones de euros) entre 2019 y 2023.

Taiwán ya ha iniciado la producción de otros modelos de la familia Clouded Leopard, como los CM-32, CM-33 y CM-34, cada uno equipado con diferentes tipos de armamento. La fabricación propia de equipamiento militar se debe al riesgo de un enfrentamiento con China, razón por la cual la isla ha tomado medidas en los últimos meses como aumentar el servicio militar obligatorio de cuatro meses a un año, o requerir a mujeres reservistas que participen en entrenamientos.

Taiwán -adonde se retiró el ejército nacionalista chino tras la derrota a manos de las tropas comunistas en la guerra civil- se ha gobernado de manera autónoma desde 1949 con el apoyo más o menos velado de potencias exteriores como Estados Unidos y otros países occidentales, aunque China reclama la soberanía sobre la isla a la que considera una provincia rebelde y un asunto de política interna que no concierne a nadie más que a Pekín.