El soldado ruso Vadim Shishimarin, de 21 años, ha sido acusado de violaciones de las leyes y normas de la guerra. | Reuters

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Las autoridades judiciales de Kiev (Ucrania) han decretado este lunes cadena perpetua para el soldado ruso Vadim Shishimarin, acusado de asesinar a un civil desarmado de 62 años en el Óblast de Sumy en los primeros compases de la invasión decretada por Vladímir Putin el pasado 24 de febrero.

Según destaca el medio ucraniano The Kyiv Independent, Shishimarin es el primer reo condenado por los hechos que la ocupación rusa ha desencadenado en el país de Europa del Este en las últimas semanas. Al joven ruso, de 21 años de edad, se le acusaba de violar las leyes de la guerra al disparar contra un civil desarmado. Algunas voces ponen el foco en el hecho de si el soldado recibió la orden de un superior de accionar su arma, o por el contrario decidió él mismo apretar el gatillo; un extremo sobre el que existen diversas versiones.

En cualquier caso, el hombre resultó muerto tras ser tiroteado mientras iba en bicicleta y hablando por teléfono el pasado 28 de febrero. Por estos hechos el Tribunal del Distrito de Solomianski, en Kiev, ha declarado culpable al procesado de acuerdo al artículo 438 del Código Penal de Ucrania, relativo al maltrato o muerte de prisioneros de guerra o civiles. Considera, además, que el soldado había incurrido en homicidio premeditado y le aplica la máxima pena prevista para este cargo, la de cadena perpetua. El abogado había pedido para su defendido la libre absolución y alegado una serie de atenuantes debidas a las circunstancias de la intervención armada.

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Por ejemplo aseguró que su defendido había actuado cumpliendo órdenes, aunque admitió que éstas implicaban incurrir en «delito». Según su relato de lo ocurrido, el soldado disparó sobre un civil tras recibir la orden de hacerlo, y bajo amenazas, de un superior. La fiscalía, por su parte, argumentó que el soldado actuó en plena consciencia de sus actos y solicitó para él la máxima pena prevista. El militar, comandante de la unidad 32010 de la cuarta división acorazada de la Guardia Kantemirovskaya de la región de Moscú, ofreció en el juicio una declaración completa de lo ocurrido, incluido cómo disparó a su víctima, un hombre de 62 años.

La fiscalía argumentó en su imputación que el procesado había matado a un hombre desarmado que iba en bicicleta por la carretera en la localidad de Chupajivka. Tras un ataque del ejército ucraniano, la columna de la que formaba parte el comandante se había desbandado y el acusado, en compañía de otros cuatro soldados, se dio a la fuga en un vehículo civil confiscado. Al llegar a Chupajivka, se encontraron con la víctima, que iba hablando por teléfono, y Shishimarin le disparó a la cabeza con una ametralladora para evitar que les delatara a las tropas ucranianas, según la fiscalía.

Más tarde, el comandante fue capturado por las fuerzas de Kiev, y el pasado 4 de mayo el Servicio de Seguridad de Ucrania (SBU) publicó un vídeo en el que confesaba haber disparado contra un civil. «Lo lamento. Lo lamento mucho. No me negué a cumplir la orden y estoy dispuesto a acatar la pena que se me imponga», había declarado el soldado durante el juicio. Afirmó asimismo que primero se negó a disparar sobre el civil, pero luego terminó acatando la orden. El grupo, integrado por cinco militares, temía que el civil iba a delatar su posición por teléfono.

Desde Moscú se ha criticado que el militar no haya contado con la defensa de un abogado ruso. Tras escuchar la sentencia, el abogado de Shishimarin declaró que presentará recurso contra la pena impuesta. En todo caso las autoridades ucranianas atribuyen miles de crímenes de guerra al ejército ruso en el transcurso de los combates que han seguido a la ofensiva militar desplegada a finales del mes de febrero, y que actualmente libra en el Donbás su fase más cruenta.