Redacción04/10/21 14:48
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El Departamento de Vehículos Motorizados (DMV) de California ha autorizado el pasado jueves a las compañías Cruise y Waymo el despliegue de automóviles sin conductor. Los permisos han llegado después de que dichas empresas los solicitasen en mayo de este año con el objetivo de ofrecer sus servicios de robotaxi en San Francisco.

Según ha comunicado el DMV, la autorización permite que Cruise pueda operar en un área concreta de la ciudad entre las 10 de la noche y las 6 de la mañana. Además, podrán moverse incluso cuando haya una lluvia o niebla ligeras, pero no podrán superar las 30 millas por hora (48 km/h).

Por su parte, Waymo podrá desplazarse por una zona más amplia que incluye los condados de San Francisco y San Mateo. Al igual que ocurre con la otra compañía, los automóviles de Waymo podrán operar incluso bajo lluvia y niebla ligeras.

Otra de las ventajas de esta empresa es la velocidad a la que podrá moverse, que es mucho mayor que en el caso de Cruise. Concretamente, el DMV ha permitido que los robotaxis autónomos de Waymo puedan alcanzar velocidades de hasta 65 millas por hora, es decir, 105 km/h.

Antes de que las dos compañías pudiesen ofrecer sus servicios, ya habían contado con permisos para circular por carretera para probar el funcionamiento de sus vehículos en California. Waymo fue la primera en realizar sus pruebas en carretera en 2014, pero no fue hasta 2018 que comenzó a circular sin conductores de seguridad.

En el caso de Cruise, sus pruebas en carreteras californianas con conductores de seguridad empezaron en 2015. Finalmente, en 2020 realizaron sus pruebas sin conductor.

Ahora, con los permisos de circulación obtenidos, Waymo y Cruise deberán afinar su tecnología puntera para que puedan operar correctamente y evitar cualquier tipo de percance. A pesar de que el DMV ya haya aprobado su solicitud, todavía deben esperar a que la Comisión de Servicios Públicos de California también lo hagan.

Sobre la concesión de las autorizaciones, el DMV ha explicado que adoptan las regulaciones necesarias para cumplir con la ley estatal establecida en 2012. Por lo tanto, se tienen en cuenta las pruebas y el uso público que se le dará a esos vehículos.

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