«Tirar un cigarrillo arruina el paisaje urbano y el marco de vida en común», indicó el Ayuntamiento de la capital francesa, que ya había anunciado esta medida hace meses.
Sin embargo, hasta ahora la sanción era meramente verbal, para dejar tiempo a los ciudadanos a conocerla antes de que, como sucederá a partir de hoy, sean sancionados.
La Alcaldía indicó que este tipo de residuos tienen «importantes consecuencias en el medio ambiente» porque una colilla «tarda entre 4 y 12 años antes de desaparecer».
De la misma se desprenden «metales pesados y contaminantes tales como la nicotina, cadmio y plomo», muy perjudiciales para la flora y la fauna, agregó.
Las colillas que son arrojadas a la calle llegan con frecuencia al sistema de alcantarillado y contaminan el agua, señaló el Ayuntamiento, quien señaló que aquellas que quedan depositadas al pie de los árboles «reducen de forma importante» la vida de los mismos.
Según los datos de la Alcaldía, cada año se recogen en las calles de la ciudad 350 toneladas de colillas que corresponden a 350 millones de cigarrillos.
Para luchar contra esa contaminación, la alcaldesa, la socialista Anne Hidalgo, decidió en marzo pasado introducir esta multa específica, superior a los 35 euros con los que hasta ahora se sancionaba todo abandono de desechos en la vía pública.
Pero decidió dar hasta octubre de plazo para imponer las multas, el tiempo para informar a los ciudadanos e instalar 30.000 nuevos ceniceros en las calles.
Ante la mala acogida que pueda tener la medida entre los fumadores, el Ayuntamiento de París recordó que en la ciudad canadiense de Montreal la sanción supera los 100 euros.
3 comentarios
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muy bien hecho¡
... Varias consideraciones : la colilla, además de ser una guarrada, es un desecho, es como si el/la fumata orinase en plena calle; a ver si con el palo en el bolsillo van tomando conciencia de que hay que hacerse cargo de sus propios desechos, guardarlos en algún sitio hasta dar con un "cenicerdo" o una papelera... La multa no es cara, si pensamos que siempre hay despistados que arrojan la colilla todavía encendida, con lo que ello supone de riesgo añadido... La alcaldesa tiene ascendencia española, así como Valls, el primer ministro... Esas multas irán bien para financiar sea en parte el coste de instalar todos esos "cenicerdos" por la ciudad, que pagan por igual los no-fumadores, víctimas pasivas durante tantos años de ese mal hábito.
Sense voler molestar a ningú. Me sembla que Europa segueix estant des Pirineus cap a munt. Provi sinó de cridar s'atenció a un fumador espanyol que acaba de tirar a terra un paquet buit de tabac. Alerta que encara no li brindin llenya ! ! !