Los pellets de madera es una de las opciones más populares a la hora de alimentas el calor, pero hay un material mejor. | Willfried Wende

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Con el continuo incremento de los precios energéticos, muchos hogares en España están buscando fuentes de calefacción más económicas y sostenibles como alternativa a los tradicionales pellets de madera. En este contexto, las cáscaras de trigo sarraceno se presentan como una opción interesante que podría cambiar la tendencia actual dominada por los pellets de madera.

La producción de trigo sarraceno genera una gran cantidad de cáscaras, que hasta ahora se consideraban un residuo. Sin embargo, debido a su alto valor calorífico, de entre 15 y 16 MJ/kg, similar al de los pellets de madera de baja calidad, estas cáscaras han encontrado un nuevo propósito como combustible.

Ventajas y consideraciones

Una de las principales ventajas de usar cáscaras de trigo sarraceno es que son totalmente biodegradables y durante su combustión emiten menos dióxido de carbono en comparación con los combustibles fósiles. Esto las convierte en una opción mucho más respetuosa con el medio ambiente, una preocupación creciente entre los consumidores.

Económicamente, estas cáscaras son una joya. Al ser un subproducto de la agroindustria alimentaria, su coste es notablemente inferior al de los pellets de madera, lo que las hace una alternativa atractiva para quienes buscan ahorrar en calefacción sin sacrificar el confort.

En términos de disponibilidad, España podría beneficiarse de la producción de trigo sarraceno en países cercanos como Polonia, uno de los mayores productores de este grano. Esto facilita el acceso a estas cáscaras y podría dar lugar a un mercado emergente en auge.

Sin embargo, no todo son ventajas. Una de las desventajas es que las cáscaras generan más cenizas al quemarse, lo que implica un mayor esfuerzo de mantenimiento y limpieza en los sistemas de calefacción. Adicionalmente, debido a su estructura irregular, no todas las estufas o calderas están preparadas para quemarlas eficientemente. Los dispositivos más adecuados son las calderas de biomasa con alimentadores automáticos y las calderas de retorta.