Algunos alimentos pueden embozar más que otros. | Freepik

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A la hora de limpiar la cocina, es fundamental prestar atención a los desechos de alimentos que se van por el desagüe del fregadero. Muchos de estos residuos orgánicos, si no se recogen adecuadamente, pueden acabar colándose por las tuberías y provocar graves obstrucciones cuya reparación resulta muy costosa.

Según datos del sector de fontanería en España, alrededor del 40% de las intervenciones están relacionadas con atascos causados por un mal uso del fregadero. Esto supone un gasto anual de millones de euros para los hogares españoles.

Restos de comida a evitar en el desagüe

Entre los alimentos que nunca deben verterse por el fregadero se encuentra el aceite de freír sobrante. Este producto, además de ser altamente contaminante, puede quedarse en algún codo de la tubería y generar importantes atascos.

Los posos del café tampoco deben ser derramados en el fregadero al limpiar la cafetera. En contacto con otros restos, pueden adherirse a las paredes de las cañerías y provocar obstrucciones malolientes.

Asimismo, los restos de harina o levadura utilizados en rebozados o dulces deben recogerse y guardarse para otra ocasión o, si están inservibles, tirarlos a la basura. De lo contrario, pueden crear una pasta compacta que bloquee el desagüe.

Los sobrantes de arroz y pasta también deben evitarse, ya que al cocinarse aumentan considerablemente su tamaño y pueden formar un tapón si se acumulan en gran cantidad.

Por último, las cáscaras de huevo son otro tipo de desperdicio que puede acabar en el fregadero al preparar ensaladas o pelar huevos duros. Sus pequeños trozos pueden arañar las tuberías o pegarse a sus paredes, dificultando el paso del agua.