A pesar de la alarma social que se ha generado, expertos aseguran que es una enfermedad común en invierno. | Freepik

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En las últimas semanas, China ha registrado un aumento significativo de infecciones respiratorias atribuidas al metapneumovirus humano (HMPV), especialmente entre menores de 14 años. Este virus, identificado por primera vez en los Países Bajos en 2001, pertenece a la familia Paramyxoviridae y es similar al virus respiratorio sincitial (RSV). Aunque no es nuevo, su reciente propagación ha generado preocupación en la comunidad internacional.

El HMPV suele causar síntomas respiratorios que se asemejan a los de un resfriado o gripe común, como tos, fiebre, dolor de cabeza y congestión nasal. Sin embargo, en individuos vulnerables, como niños pequeños, ancianos o personas con sistemas inmunitarios debilitados, puede derivar en complicaciones más graves, incluyendo bronquitis o neumonía. A pesar de ello, la mayoría de las infecciones son leves o asintomáticas.

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La Organización Mundial de la Salud (OMS) ha emitido un mensaje de calma ante este brote, indicando que el HMPV es un virus conocido y típico de la temporada invernal. Los niveles de infección actuales en China se consideran dentro de lo habitual para esta época del año, y la ocupación hospitalaria es inferior a la del año pasado. Por lo tanto, no se prevé que este brote alcance la magnitud de emergencias sanitarias globales como la pandemia de COVID-19.

A pesar de la tranquilidad transmitida por las autoridades sanitarias, es fundamental mantener medidas preventivas para limitar la propagación del virus. Se recomienda una buena ventilación de los espacios cerrados, cubrirse la boca y la nariz al toser o estornudar, y lavarse las manos regularmente con agua y jabón. Estas prácticas, habituales en la prevención de enfermedades respiratorias, son efectivas para reducir el riesgo de contagio.

Actualmente, no existen tratamientos antivirales específicos ni vacunas contra el HMPV. El manejo de la enfermedad se centra en aliviar los síntomas y, en casos más graves, proporcionar soporte respiratorio. La mayoría de las personas infectadas se recuperan en una o dos semanas sin necesidad de intervención médica.