Los ingredientes que necesitas son almendras crudas (con piel), tres litros de agua, canela en rama,
azúcar al gusto y unas gotitas de limón. Lo primero que hay que hacer es picar las almendras crudas sin quitarles la piel. Asegúrate de que queden en trozos no muy pequeños para que su sabor se infunda adecuadamente en el agua. Después en un cazo grande, añade un litro de agua y una rama de canela. Lleva a ebullición. Una vez que el agua esté hirviendo, agrega las almendras picadas. Deja cocinar durante un minuto. La idea es que las almendras suelten su esencia en el agua. Pasado el minuto, retira el cazo del fuego. Filtra el líquido con un colador de tela, separándolo de las almendras y de cualquier residuo. Este paso es esencial para obtener una bebida con una textura suave y libre de impurezas.
Tras realizar este proceso vuelve a poner el líquido filtrado en el cazo, añade otro litro de agua y lleva a ebullición. Repítelo una vez más para asegurarte de que todos los sabores se hayan fusionado adecuadamente. Una vez que hayas filtrado el líquido por última vez, es el momento de personalizar tu granizado. Añade azúcar al gusto, unas gotitas de limón para aportar un toque cítrico y refrescante, y una pizca más de canela si lo prefieres. Después traslada la preparación a una jarra y colócala en el frigorífico. Es esencial que el granizado esté bien frío antes de servir. Si deseas acelerar el proceso, puedes añadir hielo o incluso rasparlo un poco para darle una textura más granizada. El granizado de almendra no es solo una bebida; es la tradición y el sabor del verano mallorquín en un vaso. No esperes más y disfruta de este refrescante manjar en la comodidad de tu hogar. ¡Salud y a disfrutar del verano!
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