Una de las dos fotografías oficiales del compromiso del príncipe Guillermo y su prometida Kate Middleton. | Efe

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Alrededor de 1.900 serán los invitados a un enlace real cuyos detalles ya ultima el Palacio de Buckinham. A dos meses de la boda, los novios han conseguido cerrar la lista de invitados y han procedido a comunicarles, de la manera más tradicional del mundo, cuánto les gustaría contar con su presencia durante la ceremonia del que será el día más feliz de su vida.

«Por deseo de expreso de su Magestad Isabel II, Reina de Inglaterra, le invitamos al enlace de su Alteza Real el Príncipe Guillermo de Gales con la señorita Catherine Middleton», rezan las letras de oro de la postal enviada por la Oficina de Lord Chamberlain y que cuenta con el sello de la reina.

Según recoge 'Us Magazine', la invitación, que tiene unas dimensiones de 25x15 centímetros y está rodeada por un borde dorado, cita a los asistentes a una ceremonia que tendrá lugar el 29 de abril, a las 11 de la mañana, y especifica que todo el mundo debe acudir vestido propiamente y según indica el protocolo, esto es, con uniforme militar, frac o traje según convenga.

Se espera que casi 2.000 personas asistan a una ceremonia que tendrá lugar en la Abadía de Westminster, en el corazón de Londres, entre reyes, primeros ministros, familiares, amigos, compañeros de universidad y otros representantes de interés de la sociedad inglesa.

SOLO 300 CENARAN EN EL PALACIO DE BUCKINGHAM

Sin embargo, de estos dos millares de personas tan sólo una selección de 600 será invitada a la posterior recepción de ofrezca la Isabel II inmediatamente después de la ceremonia nupcial. Más aún, de estos 600 tan sólo la mitad tendrá asiento en la posterior cena organizada por el Príncipe Carlos en el Palacio de Buckingham.

Si a lo largo de esta semana no le llega carta del Palacio de Buckinham lamentamos comunicarle que usted no se encuentra entre los seleccionados para asistir a tan sonado evento. No desespere, seguro que desde el asiento del salón de su casa puede ver televisado en enlace real, mucho más cómodo que si estuviera en la fría abadía londinense.