Alberto II de Mónaco contraerá matrimonio religioso con su prometida, la sudafricana Charlene Wittstock, al aire libre y no en la catedral, como hiciesen sus padres, al día siguiente de una ceremonia civil que tendrá lugar el 1 de julio próximo, confirmaron a Efe fuentes monegascas.
La boda civil se celebrará en la más estricta intimidad y sólo asistirán a ella medio centenar de personas, informó hoy el diario «Nice-Matin».
Los portavoces monegascos precisaron que el príncipe mantuvo anoche un encuentro con la prensa local en el que abordó el tema de su boda, y desveló algunos detalles de los preparativos en curso.
Confirmaron, igualmente, que tras las festividades nupciales los príncipes de Mónaco viajarán al país natal de Charlene Wittstock en luna de miel.
Fijada inicialmente para los días 8 y 9 de julio de 2011, la boda fue adelantada el pasado agosto a los días 2 y 3 de julio próximos, para evitar que coincidiera con una reunión del Comité Olímpico Internacional (COI) en la que participará el príncipe.
La novedad anunciada anoche por Alberto II es que el 1 de julio tendrá lugar la ceremonia civil y que la boda no tendrá lugar en la catedral, explicaron los portavoces.
La noticia «no dejará de sorprender a los observadores de la vida monegasca» y significa -resaltó el rotativo de la vecina localidad de Niza, en el sureste francés- que los monegascos podrán ser testigos directos de la boda que «convertirá en princesa» a la ex nadadora olímpica surafricana.
Durante su distendido encuentro con la prensa, Alberto II bromeó sobre la imposibilidad de que lloviese en Mónaco, aunque precisó que en todo momento podrían tomarse las disposiciones adecuadas, señaló el diario.
Rainiero y Grace Kelly, padres del príncipe, contrajeron matrimonio en la catedral de Mónaco el 18 de abril de 1956, y la ceremonia fue seguida entonces por 30 millones de telespectadores, recordó el diario «Nice-Matin»
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