He leído por ahí que España se ha propuesto buscar ‘tierras raras’ en nuestro territorio que, por si no lo sabes, son terrenos en los que hay 17 elementos químicos muy importantes para diferentes industrias. Estas tierras son, por ejemplo, una de las motivaciones de la guerra de Ucrania. Por eso te digo, amigo lector, que lo mejor que podríamos hacer es dejar de buscar estas tierras raras no vaya a ser que las encontremos y les demos, a los malos, un motivo más para atacarnos o invadirnos, si no lo estamos ya.
Parece que estamos en mitad de un debate nacional de cuñados sobre si el gasto en defensa se justifica o no y es el peor escenario para enviar un mensaje internacional que diga «además de ser tontos, tenemos recursos». Si los tenemos, mejor que se queden guardados y sea otra generación la que los descubra y los disfrute.
El mundo se está yendo al carajo con todos los tarados, taradas y tarades que lo manejan, en unos sitios más rápido que otros, pero con la misma facilidad. En este país en el que los valores son papel mojado, nos iría regulinchi si ahora mismo nos invadiesen o nos declarasen la guerra. Somos tan pánfilos y políticamente correctos que acabaríamos pidiendo perdón por molestar mientras nos invaden, nos disparan y nos matan.
Tenemos una colección de tiktokers, de influencers, de niñatos y de maleducados que no serviría ni para morir con dignidad, mucho menos para luchar. Los hay que son muy valientes, es innegable, sobre todo viendo a esa panda de desalmados que se dedican a maltratar a un compañero en el instituto con parálisis cerebral y grabarlo en vídeo y a los que, en lugar de castigar con pena de cárcel por inhumanos, los han enviado 5 días expulsados a casa a reflexionar. Es una de las imágenes más aterradoras de esta semana en los medios.
Hay una parte de la sociedad que está convencida de que si ahora mismo nos invadiesen por el motivo que fuese -si no lo han hecho ya- los detendrían con libros, besos y flores, convenciéndolos de que lo que están haciendo no está bien y deben parar de golpe o acabarán castigados cara a la pared. Los mismos que piensan que un asesino o un violador puede dejar de serlo con terapia de mimos, achuchones y abrazos.
No digo que nos tengamos que poner ahora todos en modo Rambo, basta con que limitemos los riesgos. Si sabemos que hay un grupo de pirados que están buscando recursos de los que apropiarse, mejor que nosotros paremos de buscar y no encontrarlos, que encontrarlos, presumir de ello y colocarnos una diana en la frente.
No tengo duda de que en este país queda gente muy válida para defenderlo contra cualquier amenaza el problema es que este país, cada vez más, es algo por lo que ni luchar ni morir y, difícilmente, en el que querer vivir.