Directo al grano: Hace muchos años, a finales de los sesenta, vi un día en el Soho londinense a un grupo en el famoso Marquee Club de Wardour Street al que acudí con cierta frecuencia. El grupo en cuestión se llamaba «Nothing never happens» ( «Nunca pasa nada», creo que escrito con n, para variar), una banda de rock de tercera fila, que aquella tarde acompañó a los inmensos Taste de Rory Gallagher.
Recuerdo el nombre de ese grupo porque en muchos órdenes de la vida, efectivamente, nunca pasa nada sino que todo sigue igual con las pequeñas alteraciones que confirman la quietud del paso del tiempo.
Situémonos. Ahora las informaciones nos inyectan en vena la buena nueva de que todo ha cambiado en .cat. Los sonajeros publicitarios dicen que todo se ha normalizado y que hay que olvidar els fets de Octubre de 2017. Sermonean con que la Procesionaria ha acabado y que el President Illa ha impuesto la cordura puesto que las aguas han vuelto al cauce del río que antes atravesaba el antiguo oasis pujolista. Pero ¿es así? ¿Really?
Pues parece ser que no, ya que lo que parece normal es completamente anormal. Eyes wide shut. Contrariamente de cada día la situación va empeorando ‘por lo bajini’ ante la candidez de los que se engullen, complacidos por la dureza de su vientre, la versión oficial de la cosa. Y es que la realidad catalana está envuelta en papel rosa. ‘Pa que no se note’.
Veamos: primero hay que reconocer que Illa, el del covid, es un simple gestor, un empleado administrativo, que acomete, sumiso y dócil, las órdenes que derivan de los chantajes que se acuerdan y aceptan en Waterloo, la nueva metrópolis catalana. Según Shakira diría claramente: La actualidad de la política catalana se decide hoy, de nuevo, en Flandes. Pero los Tercios socialistas, tan diferentes a los de aquel Felipe II victorioso, se rinden una y otra vez a la voluntad del malhechor melenudo. Sí, aquel al que incluso se le permitió dar un mitin en las rodalies del Arco del Triunfo (maravilloso símil), en plena calle y cuando aún viajaba en busca y captura. Observación: los de mi generación sabemos que con Fraga Iribarne eso no hubiese sucedido porque ya vimos como creía en aquello de ‘la calle es mía’.
Lo que se llama normalización en Cataluña no es más que una sucesión de anormalidades, de rendiciones ante los reiterados chantajes a los que los protagonistas del 1-O, muchos de ultra derecha, someten al sanchismo. Desde los indultos a la amnistía, desde la reducción de penas para los malversadores y sediciosos a los cínicamente denominados ‘pactos’ en el extranjero sobre cuestiones que afectan a la soberanía nacional española. Desde el desprecio al Poder Judicial y a las Cortes Generales a las promesas de excepcionalidades fiscales, desde la cesión del control de fronteras a una inmersión lingüística forzosa e irracional por totalitaria. Desde la impúdica quita de deuda al pacto racista contra la inmigración y al aumento de los Mossos de Esquadra para que se conviertan en un ejército.
Como recordaba un reciente editorial de ABC, «todo ello ha sido gestado y acordado fuera de las instituciones autonómicas y del debate interno entre fuerzas catalanas a las que se niega legitimación tanto como al Congreso de los Diputados y al Senado». Sánchez ha permitido que sus interlocutores sean un prófugo de la justicia, el socialista de turno, llámese Cerdán o Zapatero, y un ignoto sudamericano al que le pagamos sus viajes para que actúe como secretario de falsa notaría. La Generalitat y el Parlament no pintan nada. Simples muñecos. Todo anormal.
Y entretanto siguen creciendo en Cataluña los que segregan jugos gástricos más propios de la Afd alemana y los que, incurables ya, padecen el TOC lingüístico, ese que no pretende tanto la difusión del catalán como la prohibición del castellano. Y llegará el día en que todo volverá a estallar. Y los únicos culpables serán quienes han venido comprando 7 puñeteros votos para gozar de un poder que no ganaron en las urnas. Pero ya lo ven, aunque la cosa empeora, ‘nunca pasa nada’ porque lo anormal se pretende normal.
Notas:
1- Se cumplen 5 años del mayor atentado a la libertad del ciudadano: el encierro ilegal que nos convirtió a todos en reclusos involuntarios y en una democracia raída y muda.
2- Decadencia del Puerto de Mahón: esa ridícula circulación one way, aceras de paso tomadas por los bares, no parkings, desprecio toponímico, inaccesible para la tercera edad, etc.
3- ¿Cómo es posible que un nacionalista declarado pretenda usar la figura de Camús, un no nacionalista declarado, un internacionalista? Ya lo verán, al final le harán levantar de su tumba.
4- ¿Cuándo entenderá el PP Balears que no puede gobernar como si tuviera una mayoría absoluta que no tiene? ¿Cuándo entenderá que algunos también se molestaran mucho cuando pactó con la izquierda la no derogación de la Ley de Memoria Histérica? En cuanto lo entienda se comenzarán a arreglar los problemas de Balears.
5- Razón por la que Madrid supera hoy a Barcelona en todos los parámetros: «Madrid es el refugio de los que hemos huido de los nacionalismos». «Aquí no hay que defender identidades ni exclusiones». (F. Savater).
6- Lo del Hermanísimo es tremendo. Acabará sentado en el banquillo. Y, luego, claro, su hermano lo indultará. Perdón, lo amnistiará. Eso.
7- En el pleno del Ayuntamiento de Mahón del 27 de Marzo se tratará la recuperación del topónimo de Mahón. Acudan. Es gratis. Por Mahón.