Como en todo, encontraremos dispares respuestas a la pregunta tan básica de cómo solucionar la delincuencia. Y la respuesta para quienes vivimos el día a día delante de la realidad y no ante los intereses personales de cada uno, es sencilla.
Sin duda no soy ‘científico’ en el tema. Ni psicólogo, ni criminalista, ni asistente social, ni penalista. Ni trabajador social ni cura. Vamos, guardando las distancias, como el químico Pompeu Fabra que ‘nventó’ el catalán en el laboratorio de su casa.
Los llamados ‘científicos’ en el tema nos venderán, cada uno desde su vertiente, que la delincuencia es un problema complejo con diversas causas, como la falta de valores, la crisis económica y el desarraigo. Algunos incluirán en esta lista, a la cultura, los genes, el género e incluso el demonio como causa de ello. Y las soluciones propuestas por los expertos estarán basadas en la mejora de estas condiciones.
Y aunque no dudo de su acierto y de su ‘ciencia’, está visto que al menos en España sus teorías no parecen funcionar o no se aplican correctamente. ¿Por qué en otros países hay mayor nivel de seguridad y menor índice de criminalidad?
La existencia de una persistente sospecha de corrupción que afectaría a las altas esferas del Estado también podría contribuir a una mayor pasividad en dar solución al problema. La actual y recurrente inestabilidad política en el que vive anclado el Gobierno del marido de la Begoña hace priorizar según qué decisiones políticas en detrimento de otras.
La crisis de la vivienda provocada, entre otras, por la inacción durante años de una política adecuada, no ayuda a solucionar el problema. La falta de medios -otra inacción patente del Gobierno- para combatir el narcotráfico, tampoco. Y ya no digamos de la reincidencia. ¿Por qué se reincide?
Es irrisorio contemplar cómo en muchos delitos esclarecidos, sus culpables no terminan entre rejas. Los acuerdos entre la fiscalía y el delincuente solo favorecen al delincuente. El no cumplir la pena impuesta favorece -en la mayoría de los casos- que se vuelva a delinquir. ¿Cómo se pagará la droga si no tiene dinero ni se rehabilita? Si se cumplieran los plazos de condena, la sociedad se aseguraría de retirar de la circulación, al menos durante un tiempo, algún porcentaje de delitos.
Circula por las redes un meme que dice: «¿Qué te impide ser tu mismo?», y este responde, «el código penal, ético, moral...». Y no le faltará razón, no. ¿Y qué ocurre cuando no hay miedo al castigo ni escrúpulos para delinquir? Pues eso mismo, y mientras vivamos de estadísticas y del CIS, lo tenemos claro.