TW

Me encantan que me sorprendan siempre y cuando sean espaciadas, si son al tuntún sin orden de entrada y salida me agobian. Así como hay fincas con letreros que rezan «cuidado con el perro», deberíamos colocar alguno en nuestras puertas con el mensaje «con reserva por adelantado», claro que si pones alguno que diga «cuidado con el dueño», todo es camino que adelantas y te cuidas en salud.

Noticias relacionadas

Quien visita mi patio cada día y sin permiso es un mirlo, ave de negro plumaje y pico amarillo y la verdad es que me intriga porque no sé qué diablos picotea o lo aparenta. Nos miramos de reojo en la confianza que brinda la separación de los cristales de la puerta, confianza para él, quiero decir. Las aves son huidizas por naturaleza y no me extraña porque el tamaño del humano debe ser terrorífico para ellas y hasta es posible que ese mirlo o alguno de sus parientes, haya sufrido algún intento de perdigonada por parte de algún cazador de medias tintas, de esos que se creen con el derecho de abatir todo aquello que se mueve, incluso lo minúsculo por el solo gusto de apretar el gatillo sin propósito de comerlo. Un día voy a decidirme a ponerle algo de comer y con santa paciencia, quizás logre romper esa barrera que nos separa. Cuando vi que a mi hija en pleno campo un zorro le comió en la mano, pensé que lo mío sería pan comido.