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Es difícil, muy difícil entender el mundo de hoy, un mundo que parece estar empeñado en una loca carrera hacia el suicidio colectivo en la que son los más jóvenes los que más empujan. Los científicos llevan décadas advirtiéndonos del horror que estamos provocando, la propia naturaleza nos muestra cada vez con mayor fuerza las terribles consecuencias de lo que estamos haciéndole al planeta, pero nosotros seguimos dando el poder a quienes niegan esta realidad y se oponen a que evitemos el desastre ¿Qué puede importarles a los Trump, Milei, Abascal o Bolsonaro el cambio climático? Cuando todo se haya ido al garete ya no estarán aquí. A ellos solo les importa el poder inmediato, el corto plazo, el egoísmo más exacerbado del yo, aquí y ahora. Su ideología es «¿Los demás?, ¡que se jodan!» Pero ¿y los jóvenes? ¿Cómo es posible que gran parte de ellos esté votando a estos sátrapas que van a acabar con el mundo en el que podrían haber vivido, ese mundo al que tenían derecho y que estos les están arrebatando ante sus propios ojos? ¿Cómo es posible que sean tan ciegos como para no verlo, que no se den cuenta de lo que está pasando, que vivan tan alejados de la vida real? Les preocupa más pasar una pantalla virtual que evitar que su mundo real desaparezca.

Cuando miramos atrás y nos preguntamos cómo fue posible la existencia de Franco, Hitler o Mussolini, nos consolamos pensando que pillaron a nuestros abuelos o bisabuelos desprevenidos, que no sabían lo que llegarían a ser capaces de hacer, que el golpe de estado franquista era impredecible o que la victoria electoral de Hitler sería pasajera. Para nuestra conciencia es más fácil creer que nuestros antepasados fueron ingenuos que admitir que fueron cómplices. Pero ¿qué pensarán nuestros nietos y bisnietos cuando estudien esta época, si es que queda alguien para estudiar algo en ese futuro amenazado e incierto?, ¿pensarán que no éramos conscientes del peligro real que suponía el cambio climático, que éramos tontos, que nos engañaron las marionetas que nos gobernaron, que no había alternativa para evitar la debacle? No, cada individuo, cada sociedad, es y debe ser responsable de lo que hace y lo que deja de hacer. El pueblo alemán le dio el poder a Hitler causando la muerte de millones de personas, las grandes potencias se lo dieron a la dictadura de Franco condenándonos a sufrirla durante cuarenta años, y nosotros y nosotras les habremos robado a nuestros hijos y nietos el mundo que en derecho les pertenecía. No, la Historia no nos absolverá.