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Tras ser tema principal de la entrevista Franco - Hitler en Hendaya el 23 de octubre de 1940 y ser presentado al Fhürer por el Estado Mayor de la Wehrmacht con detalles operativos el 7 de diciembre de aquel año, el asalto a Gibraltar debía desencadenarse a partir del viernes 10 de enero de 1941.

Conducido por los generales Reichenau como comandante en jefe, Funck (1) como jefe de Estado Mayor y Freiherr como jefe de Operaciones, era el resultado de un largo proceso de preparación en la que intervino con eficacia la Abwehr del almirante Canaris y que contó con la colaboración de un buen grupo de oficiales españoles del Ejército y la Armada. El cuerpo expedicionario previsto era importante, rondando los 150.000 efectivos. De ellos, 63.500 al mando del general Klüber se encargarían de la propia conquista del Peñón; otros 58.500 debían cubrir el flanco portugués, todos arropados por otros 25.000 efectivos del VIII Cuerpo de Fuerza Aérea mandada por Von Richthofen que contaban con los nuevos y precisos Junkers 88 que basados en Burdeos, se apoyarían para su retorno en los aeropuertos de Sevilla y Jerez. Si añadiésemos efectivos de la Marina y de las fuerzas que una vez conquistado Gibraltar debían pasar a Marruecos, contabilizaríamos 175.000 efectivos.

Nadie duda hoy, que esta operación sobre Gibraltar hubiera entrañado la entrada de España en la guerra. Las dudas surgen sobre si estas acciones hubieran podido cambiar el curso de la guerra. No lo sabremos nunca.

Aporta una visión, «audaz y rigurosa» de este trascendental momento, exhaustivamente apoyada en documentos oficiales, Alfonso Fragata en una de sus obras más significativas: «Objetivo Gibraltar» (2). Tras diez años de investigación, sensibilizado al lugar de los hechos como natural de La Línea de la Concepción, tiene el mérito de presentar los acontecimientos transcritos en actas y documentos oficiales, dejando que el lector saque sus propios juicios. Lo enriquece con más de 3.000 citas y referencias perfectamente documentadas, la mayoría de ellas documentación inédita alemana, conseguida en propios archivos germanos o en las transcripciones norteamericanas, tras incautarse de los archivos alemanes al final de la Segunda Guerra Mundial.

Siente Fragata no poder utilizar fuentes españolas, a pesar de que en 1984 el MAE permitió el acceso a sus archivos, a los que siguieron -importantes en este caso- los diplomáticos italianos. No obstante, siempre quedó en el aire si en el texto del Protocolo Tripartito tratado en Viena a nivel ministerial y presentado en Hendaya, se concretaba el momento de la adhesión de España: si lo decidía Alemania o si exigía el consenso de los tres países (3).

Hace amplia referencia Fragata a la participación de militares españoles en aquel delicado proyecto: Vigón cerca de El Pardo; Varela ministro del Ejército; José López Pinto capitán general de la VI Región lindante con la Francia ocupada; Agustin Muñoz Grandes comandante militar del Campo de Gibraltar y como directamente relacionados con el Peñón, los tenientes coroneles Ramón Pardo, Fernando Carcer Disdier, Juan Peñaranda y un gran conocedor del terreno Eleuterio Sánchez- Rubio. Junto a ellos los marinos Álvaro Espinosa de los Monteros, agregado naval en Roma y Rafael Fernández de Bobadilla comandante del minador «Júpiter».

La guerra se había iniciado el 4 de septiembre de 1939 con la invasión alemana de Polonia (4); Italia se había unido al Eje el 10 de junio de 1940 (5). España dos días después, cambiaba su estatuto de ‘neutral’ por el de ‘no beligerante’, lo que entrañaba cierto compromiso con el Eje. Pero entre un «cierto compromiso» y la entrada en guerra con Gibraltar como primer acto, hay un abismo. Charles Halstead (6) llama «pequeña tentación» la de Franco comprometido con el Eje a cambio de recuperar Gibraltar, pero a la vez dejarlo sin efecto, «dando largas» gracias a la hábil introducción de una cláusula (Protocolo de Hendaya) por la que la fecha de entrada en guerra, debía ser consensuada entre las tres naciones firmantes, sin imposiciones.

Profundiza Escuadra en las razones que llevaron a Alemania a considerar que la conquista del Peñón -una de las dos puertas con Alejandría que cerraban el Mare Nostrum- era una necesidad absoluta para alcanzar la victoria.

Obra definitiva sobre el tema, con una consecuencia meridianamente clara: España se libró de la tragedia de la Segunda Guerra Mundial.

Y se lo debemos a unos españoles responsables, tozudos, hábiles, dirigidos por Francisco Franco.
Es la mejor forma que encuentro hoy, de adherirme a una iniciativa del actual Gobierno.

1. Agregado Militar alemán en la Junta de Burgos. Gran conocedor de España y Portugal.
2. Fundacion Don Rodrigo. Madrid 2021. 894 páginas.
3. Ejercicio intelectual aconsejado: comparar las obras editadas por Serrano Suñer: «Entre Hendaya y Gibraltar» EPESA 1947 y «Entre el silencio y la propaganda» Planeta 1977.
4. Según el Embajador norteamericano Hayes, Franco nunca aprobó que Hitler invadiese un país católico como Polonia. Hayes conocía perfectamente el apoyo de Texaco a Franco.
5. El día anterior Mussolini se lo comunicaba a Franco.
6. «The Powers and The Second World War. 1962.

* Artículo publicado en «La Razón» el jueves 9 de enero de 2025.