El arte de cantar

La Academia Cervantes se hallaba en lo que en otro tiempo había sido un gran caserón como casa fonda en la calle San Roque a mano derecha subiendo desde el Ayuntamiento. En el último piso lo que había sido el porche de la mansión se encontraban las aulas de cultura general. En una de aquellas ocasiones la señorita Magda, nos pidió un trabajo a modo de redacción sobre qué opinábamos del arte de cantar debido a la gran afición de los habitantes de la Isla, sugiriéndonos explicáramos qué significaba para el alumnado, si era de nuestro agrado cantar o bien escuchar cómo lo hacían nuestros familiares, a pesar de nuestra corta edad, no ignorábamos que el canto no faltaba en ningún hogar, tanto si se llegaba a la nota más alta o incluso si los gorgoritos provocaban un aigua xamal.

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Siempre pensé que la sugerencia fue debida a la puesta en escena de una obra inspirada en una leyenda menorquina, cierto joven natural de Migjorn, fue hecho prisionero por moros piratas y conducido a Argel.

La semana anterior en nuestro Teatro Principal, se estrenó «Es tresor d’Albranca», obra dirigida por el autor, nuestro admirado Deseado Mercadal, de grato recuerdo; dirección escénica, Bartolomé Jover; apuntador, Antonio Cantamisa; preparación musical Mtro. Juan Tudurí; coreografia y danzas Mª. Del Pilar Escandell; rondalla del Orfeón Mahonés y 24 profesores de orquesta. El listado de actores fue muy extenso: Juanita Tudurí, Margarita Tena, Isabel Cardona, Elisa Gámez, Plácida Pons, Santiago Barber, Rafael Truyol, Mauricio barber, Bartolomé Jover, carlos sansó, Federico Erdozaín, Gabriel fernández, Fco. Barber, Bartolomé Bagur, José Carreras y Juan José Tudurí.

Lamento no disponer de suficiente espacio para continuar con sus personajes e intérpretes, siendo un grandioso éxito.